Las leyes de la naturaleza, interpretadas por la inteligencia humana, son unas pocas, pero aplicadas a las diferentes circunstancias, parecen diferentes.
Por ejemplo, una de esas leyes es que «no hay efecto sin causa».
En otras palabras: la naturaleza, observada por un ser humano, muestra que cada fenómeno está precedido por una causa (algo lo provocó y no habría ocurrido sin esa causa).
No pensaríamos de esta forma si fuéramos eternos.
En esta forma de interpretar la realidad influyen nuestras características. Como nacemos y morimos, suponemos que todo tiene un principio y un fin.
Por lo tanto, pensar en el origen del universo es un planteo que resulta de imaginar que somos el modelo de todo lo que ocurra.
Si los humanos nacen, entonces todo nace. Si los humanos tienen padre, entonces todo tiene un padre.
Pero estas son ideas demasiado abarcativas. Hay otras más sencillas que pueden exponerse en un artículo de 300 palabras.
Hemos comprendido que «la unión hace la fuerza».
Si unimos dos hilos, tendremos un cordel más fuerte que cada uno de los hilos. Si trenzamos varios hilos, tendremos una cuerda aún más fuerte.
De modo similar, lo que yo pueda hacer solo, es mucho menos de lo que puedo hacer asociándome con otro y con ese criterio, un equipo tiene más fuerza que un dúo, y así sucesivamente.
Para aumentar nuestra fuerza nos unimos y por eso, hace miles de años, prohibimos que nuestros jóvenes se casen dentro de la familia y sí puedan hacerlo con jóvenes de otras familias. Así se unen dos grupos y aumenta la fuerza de todos.
Los regalos tienen el mismo objetivo: «Yo te regalo a ti y tú me regalas a mí». Esta obligación, trenza (une, asocia) a quienes participan del intercambio, porque «la unión hace la fuerza».
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12 comentarios:
A mí me gustan las trenzas de ocho tiras.
Los grupos se unen cuando el botín a compartir así lo permite.
El regalo que de unión no tuvo nada, fue el caballo de Troya, mismo.
Los que juegan al golf, creen en la fuerza del palo.
No permitimos que nuestros jóvenes se casen dentro de la familia y después nos quejamos de que la desaparición de la familia, que la falta de contención y todo eso.
Y como sufrimos, creemos que la justicia divina va a castigarnos con sufrimiento y a compenzarnos con alegría y placer.
Recuerdo cuando siendo niña todavía, descubrí que todo tenía una causa. Luego descubrí que el azar la jugaba de causa muchas veces, y comprendí que la justicia era una cuestión de puntos de vista.
Cuando una guerra es eterna, se enrieda mucho.
A veces decimos que algo es policausal, que pudo haber sido generado por muchas causas, y es cierto, sólo que de pronto le embocamos nada más que a una o dos.
Si los humanos nacen
todo nace
cantan los pájaros
la hierba renace
y en esta parte del mundo
deberían comenzar
por casarse.
Está visto. Si un dúo hace fama como duo, que olviden la carrera como solistas.
Los regalos del día del amigo, más que unir separan!
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