sábado, 10 de julio de 2010

¡Sonríe! Algún líder trabaja gratis para ti

En otro artículo (1) les comentaba sobre los mecanismos de defensa que nos inventamos cuando somos aún muy pequeños, débiles e inexpertos.

Uno de ellos —la proyección— consiste en creer que lo que nos ocurre a nosotros, en realidad le ocurre a otro:

— en un accidente de tránsito, «fue el otro» quien condujo con torpeza;

— nos alivia saber que otras personas padecen la misma enfermedad que nosotros;

— la gente inculta no sabe lo que es bueno y por eso no compra el lustrador de botones que fabrico por miles.

Este mecanismo, al igual que los otros que integran una extensa lista (negación, formación reactiva, represión, etc.), aprovecha los errores mentales que padecemos, para que la vida no nos resulte tan compleja, penosa, insufrible.

Otra forma de aprovechar la proyección, consiste en pensar que los demás nos aman tanto como nos amamos a nosotros mismos.

El antiguo consejo que nos indica «no le hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti», incluye el consejo que podría redactarse «haz al otro lo que deseas que el otro te haga a ti».

La combinación del mecanismo de proyección con este consejo, nos da como resultado la suposición de que «otros me aman tanto como yo me amo» (proyección) y «otros harán por mí lo mismo que yo hago por mí» (cumpliendo el consejo).

Así como «no hay peor sordo que el que no quiere oír» y «no hay peor ciego que el que no quiere ver», podemos agregar que «no hay peor crédulo que el que no quiere aceptar la realidad».

Es para estos ingenuos que existen los libros de autoayuda, los gurúes que nos guían, los líderes amorosos que nos llevan desinteresadamente a un paraíso, los que «me aman tanto como yo me amo».

(1) Momento de cambio

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6 comentarios:

Sandra39 dijo...

Durante mucho tiempo seguirán guiandonos las estrellas. Mientras sigan estando tan lejos y llenas de misterio.

Evaristo dijo...

Se puede ir aceptando la realidad en la medida que se va madurando. Pero no todos estamos en condiciones de lograrlo. Por eso el ejercicio de la tolerancia se vuelve imprescindible para convivir.

Andrea dijo...

Yo le hago al otro lo que quiero que me haga a mí, y a veces más, para asegurarme.

Tiago dijo...

Lo que dice Andrea funciona siempre y cuando el otro tenga un interés similar al tuyo en el vínculo.

Elena dijo...

El altrurismo, la solidaridad, los actos heroicos, son formas de amor a nosotros mismos que benefician a los demás. Si yo me amo al sentirme capaz de dar la vida por otro, estoy actuando de acuerdo al principio que ud reafirma: "nadie nos amará más que nosotros mismos". Esta forma de amarnos, de sentirnos tan valiosos, es muy positiva porque cumple el doble fin de beneficiar y beneficiarnos.

Óliver dijo...

Contra la barbarie no se puede. Yo fabrico asado de soja y no hay caso, no sale.