En
occidente creemos que los humanos somos una suma de características, (dualismo
cartesiano), y en oriente creen que los humanos somos un todo indivisible
(holismo).
Cada vez con más frecuencia se incluyen
pruebas psicotécnicas en los concursos o en los exámenes de valoración laboral.
Quienes tienen la responsabilidad de elegir a
los mejores candidatos para cubrir una vacante, quizá hayan encontrado que la
evaluación fragmentaria de los interesados puede mejorarse con una evaluación
que integre los aspectos psicológicos (inteligencia, creatividad, tolerancia,
capacidad para inducir y deducir, personalidad, comprensión lectora, umbral de
tolerancia a la frustración, estabilidad emocional, sentido del humor, aptitud
para trabajar en grupo, afectos, celos, envidia, capacidad de concentración,
aptitud para el aprendizaje, memoria, capacidad asociativa y otros).
El intelecto occidental está fuertemente
marcado por el dualismo cartesiano. Este verdadero disparate que se ha
instalado en nuestra cultura nos impide ver el bosque, porque solo podemos ver
árboles, uno por uno, todos juntos (bosque), no.
Con el dualismo cartesiano (según el cual
somos la suma aritmética de un cuerpo más un intelecto), suponemos que lo que
vamos conociendo de nuestra existencia también debe agregarse en tono de
adición, sin poder acceder a una comprensión global del ser humano.
De esta forma, los occidentales seguimos
agregando más y más elementos nuevos, a medida que se van conociendo, pero
resulta que a medida que se profundizan los nuevos conocimientos, no tenemos
más remedio que destinar personas que solo se dediquen a estudiarlos. Esto explica
por qué en occidente tenemos especialistas para casi cualquier rama del saber:
son personas que saben mucho de poco.
En oriente piensan de forma diferente: ellos
tratan de interpretar el mundo que los rodea considerándolo como un todo
orgánico, armónico, equilibrado. Para los orientales, cada nuevo conocimiento
es integrado al todo, tratando de entender cómo es parte inseparable del resto.
Cada intento de influir sobre algo (en el
video puse el ejemplo de los errores ortográficos), debe encararse globalmente,
considerando a la persona disortográfica como un ser completo, perfecto,
armónico, equilibrado. Para los orientales, solo se puede mejorar algo
mejorándolo todo.
Los negocios entre los chinos y los
occidentales requieren de estos últimos un verdadero estudio de aquella
cultura, porque si se los supone iguales a nosotros los desentendimientos
pueden hacer naufragar cualquier contrato.
(Este es el Artículo Nº 2.158)
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