lunes, 24 de marzo de 2014

Filosofía oriental y occidental


En occidente creemos que los humanos somos una suma de características, (dualismo cartesiano), y en oriente creen que los humanos somos un todo indivisible (holismo).

Cada vez con más frecuencia se incluyen pruebas psicotécnicas en los concursos o en los exámenes de valoración laboral.

Quienes tienen la responsabilidad de elegir a los mejores candidatos para cubrir una vacante, quizá hayan encontrado que la evaluación fragmentaria de los interesados puede mejorarse con una evaluación que integre los aspectos psicológicos (inteligencia, creatividad, tolerancia, capacidad para inducir y deducir, personalidad, comprensión lectora, umbral de tolerancia a la frustración, estabilidad emocional, sentido del humor, aptitud para trabajar en grupo, afectos, celos, envidia, capacidad de concentración, aptitud para el aprendizaje, memoria, capacidad asociativa y otros).

El intelecto occidental está fuertemente marcado por el dualismo cartesiano. Este verdadero disparate que se ha instalado en nuestra cultura nos impide ver el bosque, porque solo podemos ver árboles, uno por uno, todos juntos (bosque), no.

Con el dualismo cartesiano (según el cual somos la suma aritmética de un cuerpo más un intelecto), suponemos que lo que vamos conociendo de nuestra existencia también debe agregarse en tono de adición, sin poder acceder a una comprensión global del ser humano.

De esta forma, los occidentales seguimos agregando más y más elementos nuevos, a medida que se van conociendo, pero resulta que a medida que se profundizan los nuevos conocimientos, no tenemos más remedio que destinar personas que solo se dediquen a estudiarlos. Esto explica por qué en occidente tenemos especialistas para casi cualquier rama del saber: son personas que saben mucho de poco.

En oriente piensan de forma diferente: ellos tratan de interpretar el mundo que los rodea considerándolo como un todo orgánico, armónico, equilibrado. Para los orientales, cada nuevo conocimiento es integrado al todo, tratando de entender cómo es parte inseparable del resto.

Cada intento de influir sobre algo (en el video puse el ejemplo de los errores ortográficos), debe encararse globalmente, considerando a la persona disortográfica como un ser completo, perfecto, armónico, equilibrado. Para los orientales, solo se puede mejorar algo mejorándolo todo.

Los negocios entre los chinos y los occidentales requieren de estos últimos un verdadero estudio de aquella cultura, porque si se los supone iguales a nosotros los desentendimientos pueden hacer naufragar cualquier contrato.

(Este es el Artículo Nº 2.158)


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