Si bien el título de este
artículo y video refiere a un tema económico, quizá sea oportuno complementar
ese objetivo, ya planteado en el video, mencionando otro asunto igualmente
importante.
Ahora me referiré a la opción
estudiantil de quienes, desconociendo cuáles son las dificultades de cada uno
de los trabajos (educación de niños, de adolescentes o de adultos), optan por
elegir la que ellos imaginan como la más fácil, es decir, magisterio, la
enseñanza de niños.
Erróneamente, muchos
estudiantes se vuelcan a esta carrera porque han fracasado en otras o porque
nunca fracasaron, pero no querrían fracasar: por eso se dedican a estudiar lo
que les parece más sencillo.
Sin embargo, enseñarle a niños pequeños es un poco más
difícil que enseñarle a personas que ya han desarrollados las principales
competencia intelectuales.
Además, vale la pena mencionar
lo siguiente:
La vocación es un impulso
natural que traemos desde que fuimos concebidos. Ante este deseo, esta preferencia,
este gusto por hacer ciertas tareas, lo más difícil siempre es no hacerlas. Es
decir: si alguien posee la vocación para educar niños pequeños, tendrá una vida
incómoda si no tiene la oportunidad de estudiar y dedicarse a esa tarea.
(Este es el Artículo Nº 2.162)
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