La búsqueda del placer saludable suele ser el señuelo que
utilizan los estafadores cuando nos prometen lo que desearíamos que ocurriera:
hambre cero, delincuencia cero, pobreza cero. La estafa es lograda cuando
nuestra capacidad de discernimiento está operando con inteligencia cero.
En las campañas políticas, los demagogos
(personas inescrupulosas que no tienen inconveniente en prometer lo que sea con
tal de obtener votos que le otorguen poder), abusan de la ingenuidad de los
electores, nos engañan como a niños, se burlan de nosotros.
Claro que no son los únicos responsables de
este mal uso de la política. Los electores también colaboramos aceptando con
irresponsabilidad promesas que notoriamente son proselitistas (guiadas por el
único afán de conseguir adhesiones).
El fenómeno forma parte de la conducta
religiosa que caracteriza a nuestra especie. Somos capaces de creer en la
existencia de un ser superior (Dios), al que le asignamos atributos mágicos y,
no conformes con eso, algunos organizan su vida tomando como verdaderas las
fantasías creadas en torno a ese personaje de ficción.
Un delirio psicótico es un funcionamiento
mental igualmente coercitivo, que guía las conductas del enfermo pero que, a
diferencia del pensamiento religioso, no es compartido por otros. La diferencia
entre delirio psicótico y creencia religiosa solo es estadística: si muchas
personas comparten el mismo delirio (la existencia de Dios), no es un delirio
psicótico sino una religión. Si ese mismo funcionamiento lo encontráramos en
una sola persona, diríamos que padece una psicosis delirante.
Todo delirio o pensamiento mágico religioso
está orientado a complacer, directa o indirectamente, a quien lo vive. El
placer orienta casi todos nuestros funcionamientos, mentales y no mentales.
Cuando sentimos un dolor, algún proceso interno se desencadena para restablecer
la situación no dolorosa (buena salud).
Esta búsqueda del placer saludable suele ser
el señuelo que utilizan los estafadores, cuando nos prometen lo que desearíamos
que ocurriera: hambre cero, delincuencia cero, pobreza cero. La estafa es
lograda cuando nuestra capacidad de discernimiento está operando con inteligencia cero.
(Este es el Artículo Nº 2.150)
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