Cada vez es más difícil actuar en la ilegalidad y
quienes igualmente delinquen son atrapados con mayor facilidad.
Somos mejores de lo que aparentamos,
pero la economía de mercado nos obliga a ser peores para tener que comprar
asesoramiento innecesario.
Todos estamos confabulados
para obligarnos a ser tan inseguros que debamos consultar todo lo que tenemos
que hacer.
No solamente les damos trabajo
a muchas personas sino que además nos denunciamos, como en un régimen donde las
libertades individuales estén severamente recortadas.
Los humanos nacemos con
instintos bastante completos y podríamos arreglarnos solos, sin tener que
consultar sobre asuntos de salud, administrativos, éticos, legales, laborales,
matrimoniales, de alimentación, sexualidad, gestación y cualquier otro tema
importante para la vida.
Somos buenos ciudadanos si
tenemos la inseguridad suficiente como para no sentirnos capaces de resolver
nuestras dificultades por nosotros mismos, pensando, estudiando, arriesgándonos
a probar las soluciones que obtenemos imaginando, razonando, ensayando.
Esto funciona así, no
solamente para darle ocupación a los miles de especialistas que tienen que
ganarse la vida, sino por algo más tenebroso.
Efectivamente, si fuéramos
capaces de resolver nuestros propios problemas seríamos personas de las que se
sabría muy poco.
Por ejemplo, cada pregunta que
le hacemos a un técnico genera en este varias preguntas (aclaratorias,
ampliatorias, confirmatorias), con lo cual nos exponemos a un interrogatorio
casi policíaco. Si tenemos información para ocultar, quizá evitemos tener
problemas que nos obliguen a consultar pues sabemos que el consultado puede hacernos
preguntas que no estemos dispuestos a responder.
Por lo tanto, no solo damos
mucha información cuando nuestras compras son pagadas con tarjetas de crédito,
sino que también estamos compartiendo nuestra vida y obra con todos a quienes consultamos hasta por la cosa más
pequeña.
Dicho de otro modo: si somos
personas inseguras, obligadas moral y culturalmente a consultar a otros sobre
cómo hacer, resolver, entender, saber, estamos teniendo una existencia muy
transparente. Quienes tienen intenciones de actuar en la ilegalidad se
encontrarán con este obstáculo difícil de eludir: siempre estaremos dejando
huellas de nuestros pasos, sean estos legales o ilegales
Alguien puede decir: ahora
contamos con Internet y muchas de nuestras consultas encuentran respuestas en
la web. Pues bien, lo que consultamos en Internet también queda registrado, en
nuestra computadora y en los servidores.
En suma: cada vez es más difícil actuar en la
ilegalidad, y quienes igualmente delinquen, son atrapados con mayor facilidad.
(Este es el Artículo Nº 2.157)
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