sábado, 7 de noviembre de 2009

Amargo con bastante azúcar

Ensalzar los valores espirituales puede estar al servicio de tener sensaciones más intensas de la propia materialidad, preferentemente los placeres corporales asociados a la sexualidad explícita (fornicar) aunque sin descartar sus formas indirectas (bailar, hacer ejercicio, comer).

Mostrando una fachada de espiritualidad puedo sentir (por contraste) con más fuerza aquellas sensaciones que realmente me estimulan para vivir, que son los placeres de mi cuerpo, los que puedo sentir porque son tangibles.

Mi fachada espiritual (piedad, solidaridad, generosidad) me aporta un elemento de contraste (del tipo amargo/dulce por ejemplo) para percibir con mayor nitidez lo que verdaderamente me importa (confort, seguridad, poder) y que además debo ocultar por que la sociedad no quiere que éste sea mi gusto.

Para poder conciliar mis gustos con los gustos que los demás quieren que yo tenga, debo disimular, pero resulta que para ser más convincente, he terminado mintiéndome a mí mismo y por eso creo que amo lo espiritual y que desprecio lo material.

Soy inocente porque no sé que estoy mintiendo y mintiéndome, pero esta estrategia puede estar causándome alguna pérdida material que sería evitable.

Para evitar esta pérdida tengo que asumir que:

1) quiero disfrutar de todo lo material;

2) a la sociedad se le antoja que yo sea piadoso;

3) por contraste, mi placer por lo material se ve realzado si pienso que soy espiritual;

4) para disfrutar más de lo material, complacer a la sociedad y aprovechar las mejores sensaciones que me aporta el contraste espiritualismo/materialismo, actúo tan bien el personaje desinteresado por lo material, que me lo creo yo mismo.

En suma: podemos tener un vínculo más eficiente con la realidad sabiendo que ésta es una simple actuación que procura conciliar intereses personales y sociales.

Un vínculo con la realidad más realista mejora las posibilidades de ganar el dinero suficiente para acceder y conservar una calidad de vida digna.

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14 comentarios:

Aurora dijo...

Parece que estuvieras tratando de explicar algo de la Gestalt.

No lo veo muy claro. Tendrías que pulir un poco la redacción o yo estoy dormida aún.

Patty Sosa dijo...

Es una rara mezcla entre lo que nos exige la sociedad y la conveniencia de adoptar una actitud que contrate con nuestros gustos más íntimos (y hasta inconfesables).

Flopy dijo...

No hay porqué amar a una parte de mí y odiar a otra. Puede haber una convivencia pacífica.

Lola dijo...

Yo siempre me imaginé que los curas deben de ser unos potros en la cama!

Tatiana dijo...

Hay importantes sectores de gente acomodada que sabe llevarse de maravillas combinando materialismo y espiritualidad de una manera muy conveniente.

Romina dijo...

¡Qué buen pique! Voy a ensalzar mis valores espirituales.

Justino dijo...

La sensación de poder es una sensación espiritual.

José dijo...

Sentir que soy una persona desinteresada por lo material me proporciona placer; no es un placer que se perciba a partir de los sentidos, pero eso no singnifica que no actúe en mi cuerpo. Probablemente exista alguna técnica moderna que permita demostrar los cambios en la química de mi cerebro cuando me congratulan las actitudes espirituales que tomo.

Tiago dijo...

La sociedad en la que vivo me empuja a que priorice el placer, el confort, la prosperidad. No me he visto forzado a esconder mis verdaderas motivaciones.

Rosana dijo...

Creo que la sociedad nos pide que seamos las dos cosas al mismo tiempo: lucrativos y piadosos.
Lo difícil es quedar bien con la propia conciencia. Causar una buena imágen es bastante fácil.

Tania dijo...

Nunca conocí a un asceta.

Fulgencio dijo...

Hoy soñé que vivía en una catedral, pero después de abrir el pesado portón, me asaltaba el bullicio de la Bolsa de Comercio de New York.

Efraín dijo...

Quienes me rodean siempre han puesto más interés en mi progreso económico que en mi progreso espiritual; sobre todo la familia de mi esposa.

Fabiana dijo...

Te tengo una noticia buena y una mala:

La mala es que no siempre puedo comprender lo que dices aunque si leyeras tus artículos 3 ó 4 veces quizá lo lograría (pero no tengo tanto tiempo);

La buena es que los conceptos que tu pones en tus blogs no están en ningún otro lado y son muy buenos.