Así le dicen burlonamente los trabajadores de los casinos al dinero que se llevan los apostadores que esa noche les tocó ganar.
Dicen que ese dinero «no duerme en casa» porque están seguros de que el apostador no dejará de venir a intentar más ganancias.
El azar parece determinar que los apostadores jamás podrán ganar realmente sino que lo más que pueden lograr es ganar unas pocas veces, pero algo dentro de sus psiquis los obligará a volver para perder lo que ganaron y hasta un poco más.
Alguno luchadores han terminado aceptando una consigna contraria a su ética: «Si no puedes con él, ¡únetele!»
Los gobernantes bien intencionados de todos los países han realizado grandes esfuerzos para mejorar la educación, la salud y el bienestar de su pueblo, pero con el paso de los años los resultados fueron desmoralizantes.
Siempre se repite la misma historia: los trabajadores políticos y sociales comienzan su vida con todos los bríos e ilusiones propios de la juventud pero luego la experiencia y el cansancio, los van llevando a permutar lo perfecto e ideal por lo imperfecto y posible.
En esta situación estamos hoy en la mayoría de los estados: Que los jugadores malgasten su dinero ya que no se los puede persuadir de lo contrario, pero que las ganancias obtenidas de todos estos fanáticos perdedores al menos vuelva en beneficios para el pueblo.
Los padres que destinan parte de sus ingresos a los juegos de azar desatendiendo necesidades básicas de su familia, están colaborando indirectamente con los hijos propios y ajenos porque las ganancias de los casinos se destinanan a los gastos colectivos en salud y educación.
Nota: lo mismo sucede con el consumo de bebidas alcohólicas y tabacos cuyos impuestos solventan una parte importante de las inversiones sociales.
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14 comentarios:
Ahora entiendo algunas cosas que tu has dicho.
No puedo dejar de jugar en las tragaperras. Mi voluntad está en cero.
Estoy lejos de padecer problemas de dinero pero todo puede ser cuestión de tiempo.
Hasta donde sé, lo único que resuelve el problema del alcoholismo es Alcohólicos Anónimos que en definitiva equivale a resolver el problema entre todos.
El dinero de los apostadores es malsano porque nunca duerme.
La colaboración indirecta que haga el anormal de mi padre con nosotros y con el resto de los hijos no me saca ni un poquito la bronca que le tengo.
Me gusta fumar y chupar porque no hay mal que por bien no venga.
Mi marido tiene dinero con cama afuera y vida en cama ajena.
En otro de sus artículos... ¿podrá publicar una lista de los gobernantes bien intencionados?
Moraleja: el dinero nunca es del todo perdido.
Dadas mi experiencia y mi cansancio, permuto mis promesas por mi realidad.
El apostador cree que siempre se puede ir a más.
No siempre funciona eso de unirse al enemigo. Una vez intentó matarme.
Para los jugadores compulsivos hay tratamientos especializados que muchas veces son efectivos.
Mi padre y mi abuelo también eran timberos. Yo tengo una ludopatía congénita.
Los esfuerzos para mejorar el bienestar del pueblo, a veces dan frutos ¿por qué piensa que los resultados son siempre desmoralizantes?
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