miércoles, 11 de noviembre de 2009

Jugar es mejor que trabajar

Varias personas pueden competir para ver quién llega primero a una meta ubicada a cien metros.

Generalmente sólo uno es el primero, otro el segundo y así hasta el último.

Acostumbramos decir que el que llegó primero es el ganador y a partir de ahí seguimos diciendo que ese competidor es el más veloz.

Esto sucede porque —como he comentado en varias ocasiones— nuestro cerebro piensa con metonimias, esto es, generaliza (toma una parte por el todo, porque ganó una vez suponemos que siempre lo hará).

El sistema educativo aplica algunos procedimientos que reafirman esta manera errónea de entender la realidad. Cuando alguien salva un examen, da por supuesto que ese alumno sabe (tiene los conocimientos suficientes).

En la tarea de conseguir los recursos que necesitamos para vivir dignamente, todo error de percepción equivale a una especie de ceguera.

Sin embargo conseguir esos recursos requiere nuestros cinco sentidos.

Volviendo al ejemplo de los competidores que corren cien metros (o el alumno que salva un examen) es bueno tener en cuenta que la competencia por ganarnos el salario es diaria, continua.

Para que nuestros ingresos tengan la continuidad requerida por nuestras necesidades constantes hará falta que siempre podamos ganar esa competencia y salvar ese examen.

Me consta que es fatigoso hacerlo y hasta pensar en hacerlo es cansador, molesto e irritante.

Hay una solución para que podamos hacerlo sin sentirnos mal y esa solución está en el lugar menos visitado por la mayoría de nosotros: la filosofía.

Así es: cuando podemos incorporar a nuestra filosofía de vida el placer de competir, de divertirnos con pequeñas conquistas acumulativas, coleccionando logros y a veces mínimas formas de superarnos a nosotros mismos, la vida se convierte en un juego estimulante, lucrativo y apasionante.

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13 comentarios:

Héctor dijo...

Esto que sugerís siempre lo hacemos porque de lo contrario nos tiran para un costado.

Capaz que lo bueno sería anticiparse para no hacerlo obligados y como los demás quieran.

Mariana dijo...

Me gustó mucho el planteo que hacés hoy. Intentaré ponerlo en práctica. No es que ya no lo haya pensado, pero cuando te lo dice otro cobra más fuerza.

el petiso dijo...

El atleta que gana los 100m llanos, en realidad corre con ventaja. Es como si empezara a correr unos metros adelante. De la misma manera, el que llega último, equivale a que hubiera largado unos metros más atrás. Esto es así porque los corredores tienen cada uno distinta capacidad física congénita. La altura, por ej, tiene mucho que ver. Un atleta más alto puede ganar no porque sea más rápido, sino porque tiene una zancada más larga.

Sandra39 dijo...

Todo lo que deseamos ganar en la vida, necesita de nuestra lucha diaria: conservar una pareja, educar bien a un hijo, ser una buena persona, etc.

Emiliano dijo...

En mi trabajo competimos en base a apuestas, por el vendedor que logra más comisiones en el mes. Esto es muy positivo porque además de estimularnos vuelve la competencia divertida y le quita un poco la parte de celos y envidia.

Luz dijo...

Soy trabajadora sexual y siempre he tomado mi trabajo como un juego. Claro que esto es posible porque he hecho las cosas de modo tal que puedo elegir mis clientes.

Paty dijo...

Los tipos que se creen unos ganadores son patéticos.

Jessika dijo...

Mi marido toma una parte por el todo y me metoniminiza cuando dice que soy una atorranta.

Lucas dijo...

Yo empecé a frecuentar la filosofía dese que me enamoré de sofía.

Nadim dijo...

Trato y trato de que el estrés del trabajo me resulte estimulante pero cada vez estoy más agotada.

Damián dijo...

En nuestra lucha por conseguir los recursos para vivir es inevitable que tengamos errores de percepción. Lo que hay que hacer es tratar de aprender de esos errores.

López dijo...

Por las características de mi trabajo, mis ingresos no tienen continuidad, por eso tengo que ser muy ordenado para administrarme el dinero que gano durante la zafra.

Laura dijo...

Estoy anhelosa de que se instale el socialismo para siempre.

¡Vivan Fidel y Chavez!