miércoles, 25 de noviembre de 2009

Trovador traidor en 3D y Dolby System

Charles Dickens (1812 - 1870) fue y sigue siendo un famoso novelista inglés.

Su producción literaria coincidió con una época de esplendor del Imperio Británico bajo el reinado de la reina Victoria.

Ella realizó la Revolución Industrial en la que se agudizó la «explotación del hombre por el hombre».

Dickens logró —con su talento y capacidad de seducción— un notable éxito editorial.

Como gran parte de la población vivía en la pobreza, sus novelas eran vendidas en pequeños fascículos. El público esperaba con avidez cada nuevo capítulo.

En 1843 publicó su novela titulada Cuento de Navidad en el que se narra con particular sensiblería el cambio que tuvo su personaje principal (Ebenezer Scrooge comienza presentándose como huraño, avaro y muy trabajador).

Ciertas circunstancias sobrenaturales que incluyen la interacción con fantasmas, lo hacen recapacitar y convertirse en una persona más generosa (supongo que también habrá dejado de ser tan trabajador).

En dos artículos publicados recientemente (1) les comentaba que el arte puede ser un buen sustituto de la represión policíaca cuando los gobernantes y/o clases sociales privilegiadas necesitan anestesiar a los explotados.

Agrego un dato más que ya les había sugerido con el artículo titulado El ideólogo Walt Disney.

Está por estrenarse en casi todo el mundo la versión moderna de aquel cuento de Dickens, ahora realizada por los Estudios Disney (imagen).

Nos será inyectada una fuerte dosis audio-visual de bondad empobrecedora. Saldremos del cine con ganas de ayudar a los ricos disuadiendo con nuestro generoso amor a los explotados que pudieran tomar a mal sus heroicas privaciones.


(1) – Trovador traidor y Los perjuicios del beneficio.

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12 comentarios:

Silvina dijo...

Yo me crié con la moralina de Cantinflas y no hay psicoanálisis que me cure.

Eduardo dijo...

Casualmente leí hace unos meses el "Cuento de Navidad" de Dickens. Desde mi punto de vista rescata con sabiduría lo que hace más feliz al ser humano: los vínculos de amistad, cariño y amor entre las personas. Se ha probado que no es el dinero, ni la salud lo que más influye en nuestra felicidad.

Guyunusa dijo...

El personaje principal de esta novela se caracteriza además por su extrema soledad; soledad que él mismo cultiva con gran convicción.
Haciéndole ciertas adaptaciones que lo ubiquen en nuestra época, podría decirse que representa el prototipo (caricaturizado) de un sector de nuestra sociedad actual.

Ingrid dijo...

No me parece que la bondad sea empobrecedora. Ud mismo dice que se puede ganar dinero sin tener la necesidad de estafar, es decir, siendo "bueno".

Yolanda dijo...

El protagonista de la novela era tan abaro que no disfrutaba de su riqueza. Era infeliz por todos lados, porque era rico y vivía como pobre, además no tenía amigos, no se vinculaba con su familia y tampoco estaba muy saludable que digamos.

Tiago dijo...

El arte, más que sustituto de la represión, puede ser sustituto de la depresión.

Lucas dijo...

Me pregunto para qué trabajaba ese personaje.

Rosana dijo...

Necesitaría algún fantasmita lúcido y comprensivo que me ayudara a pensar.

Filisbino dijo...

Yo le llamo moralina al "haz lo que yo digo y no lo que yo hago", y también a los preceptos morales que parten del prejuicio y la discriminación.
Aclaro que discriminar no es sólo separar, en el sentido que se usa la palabra actualmente significa separar y dejar afuera.

Cacho dijo...

La Reina Victoria REALIZÓ la Revolución Industrial y los hombres y niños pusieron el lomo.

Mª Luisa Lugones dijo...

Antes los pobres leían; ahora ven la TV, esperemos que no miren los programas chatarra.

Lorenzo dijo...

No creo que ninguna película ni libro inyecte nada.
Quizás si, sean despertadores de nuestra mejor parte.
Discrepo con su negatividad, usted tiene la mitad bloqueada.