viernes, 7 de octubre de 2011

El costo del orgullo

El orgullo (patriótico, racial, intelectual, ideológico, partidario, gremial) anula la humildad necesaria para aprender, capacitarse, estudiar.

Las teorías confabulatorias son todas aquellas que tienen como principal componente la hipótesis de que algunas personas malignamente conspiran para obtener ciertos beneficios en perjuicio de otros.

Aunque no es posible confirmar estas teorías, suelen ser realistas en la medida que todos queremos beneficiarnos «caiga quien caiga» y sólo a último momento, la educación pero sobre todo los castigos legales, nos disuaden y nos abstenemos escrupulosamente de provocar reacciones defensivas que podrían causarnos pérdidas en vez de la ganancia que buscamos.

Algunas veces he sugerido en este blog (dedicado a la búsqueda de las causas de la pobreza involuntaria) que somos persuadidos cristianamente para que repudiemos la riqueza ... y de esa manera facilitarle el acaparamiento a quienes financian esa propaganda.

Poseído por esa actitud emocional (imaginar fantasmas conspiradores) hoy les comento que otra forma que tenemos de actuar en contra nuestra (e indirectamente a favor de los más privilegiados) es siendo orgullosos, es decir, no siendo humildes.

Imaginen esta situación:

Aparece en escena un hombre, golpea las manos para llamar la atención y nos dice: «A ver, vengan para acá que intentaré sacarlos de la ignorancia».

Antes de que empiece con lo que tiene para decir, reaccionaríamos con el orgullo herido.

Aunque no sea explicitado, todo alumno es considerado alguien que no sabe y todo maestro es considerado alguien que sabe.

La situación estudiantil inevitablemente marca estos roles jerárquicamente diferentes, asimétricos, diferenciadores.

En suma: Los saboteadores de los pobres son aquellos que alientan el orgullo de clase, de raza, de ideología, de hincha deportivo, de patriotismo. Ese orgullo impide aceptar que tenemos que estudiar para no ser mascotas de gobernantes, líderes, empresarios, quienes sí tienen humildad para capacitarse (sólo para capacitarse).

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9 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí lo que me quitó las ganas de seguir estudiando fueron las dificultades, tener que lucharla tanto para obtener un aceptable.

Vladimir dijo...

El que se expone a la esfera pública tiene cierta humildad, porque sabe que será observado y juzgado. Al mismo tiempo puede tener mucha necesidad de ser aplaudido y admirado. Y es para reafirmarse, no por creerse la gran cosa.

Laura dijo...

Si somos muy duros con los demás y tenemos un poco de conciencia de nosotros mismos y autocrítica, puede pasarnos que nos volvamos muy orgullosos. Eso es porque intentamos no caer en la incoherencia de exigir a los otros, sin exigirnos a nosotros mismos.

Nolo dijo...

Le digo al que escribió el primer comentario, que uno puede aprender y capacitarse sin necesidad de estudiar. Hay formas de capacitarse en la práctica, junto a alguien que sepa transmitir su experiencia. Hay que buscarle la vuelta.

Jacinto dijo...

A mí me parece que es una buena señal que aquí en Uruguay se hagan marchas a favor de la diversidad, en las que manifiestan juntos afrodescendientes, gays, trans, etc. Las marchas del "orgullo gay", me parece que favorecían el aislamiento del resto de la sociedad.

Javier dijo...

Por más méritos que haga, mi esposa jamás llegará a tratarme como trata a su mascota.

Alejandra dijo...

En donde trabajo, este año vivimos por primera vez la experiencia de recibir pasantes. Me refiero a estudiantes que realizan tareas remuneradas como parte de su formación profesional. Desde la Facultad el Decano expone la concepción de que el estudiante debe brindar un punto de vista nuevo. Eso está bien y no puede ser de otra manera, pero me parece que se generó alguna clase de malentendido. Porque veo estudiantes que vienen con más boca que oídos. Si a eso le sumás la resistencia (provocada por el temor y el sentimiento de usurpación) inevitable que siente el profesional al verse, podría decirse, interpelado, la combinación arroja malos resultados.
Por eso me uno a su voz para recomendar a ambas partes humildad, humildad y más humildad.

Orosmán dijo...

Yo hice mil sacrificios para estudiar por orgullo; para ser alguien en la vida.

Irma dijo...

Orgullo no es antónimo de humildad. Estos serían arrogancia, sobervia, altanería.