miércoles, 5 de octubre de 2011

La rentabilidad de la franqueza

Pocas personas poseen el arte de generar en los demás (cónyuge, empleador, cliente) la confianza para informarnos qué tenemos para mejorar.

«Nosotros y nosotras» queremos ser muy competentes en las relaciones sexuales.

Deseamos que nuestro ocasional partenaire (o cónyuge definitivo, único y vitalicio), nos admire por nuestro erotismo, resistencia, pasión y demás cualidades excitantes, seductoras, fascinantes.

Claro que si de imaginar se trata, también queremos poseer los mejores atributos en cualquier otra área de nuestra vida: inteligencia, rapidez, valentía.

Con la sexualidad nos ocurre algo particular: como las demás especies la practican sin pudor, nosotros, para diferenciarnos, la dramatizamos al extremo de reprimirla, sin considerar que el verdadero rasgo inmortal está en la capacidad de reproducirnos (1).

Las demás habilidades y actividades son secundarias a la sexualidad que es «nuestra única misión» (2).

Observemos sin embargo que esta represión que tradicionalmente le hemos impuesto culturalmente a la única función importante que tenemos (reproducirnos para conservar la especie), no ha sido tan drástica ni contraproducente pues la población mundial aumenta.

Por lo tanto podemos afirmar que estamos haciendo las cosas bien, lo cual no significa que no podamos mejorarlas.

Lo que quiero proponerles es que para satisfacer nuestro deseo de ser los mejores amantes tenemos que tener una actitud tal que nuestros ocasionales (o definitivos) compañeros sexuales puedan contarnos sus preferencias y molestias, sin que tengamos que adivinarlas y molestarnos con las sugerencias.

La actividad sexual es una forma de comunicación, sin embargo la mayoría tenemos problemas para comunicarnos en asuntos de dinero (en primer lugar), en asuntos sexuales (en segundo lugar) y en asuntos varios (en tercer lugar).

En suma: Tendríamos una actitud rentable si los demás pudieran ser sinceros con nosotros, sin temor a nuestra ofensa, enojo o venganza. Mejoraríamos los vínculos en asuntos económicos y sexuales.

(1) El espíritu en realidad es la sexualidad

(2) Blog destinado a nuestra única misión (conservar la especie)

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12 comentarios:

Isabel dijo...

Dificultades para comunicarnos en asuntos económicos, sexuales, y en asuntos varios, como dice ud.
A los humanos la buena comunicación nos cuesta horrores.

Mariela dijo...

La condición para comunicarnos bien es arrancar con cierta fe en las posibilidades del otro. Si arranco pensando que es un imbécil y que sólo le va a alcanzar su entendimiento como para ofenderse, me callaré la mitad de las cosas.

José Luis dijo...

Creo que es muy importante la forma de decir las cosas. No importa solamente el contenido. El tono de voz le indica al otro cuál es nuestra intención.

Lautaro dijo...

La mala suerte de haber tenido malas experiencias puede quemarte y hacerte decidir que la próxima vez vas a cuidarte cuando comuniques algo. Incluso podés elegir ser reservado y hermético, antes que tener problemas.

Laura dijo...

Conozco personas que viven enojadas. De pronto lo que las enoja no es la sinceridad, sino todo lo contrario, pero el caso es que con esas personas no me animaría a ser demasiado sincera, por las dudas.

Valeria dijo...

En las parejas que no son tan ocasionales (aunque nunca podamos saber si serán las definitivas), es bastante natural irse conociendo en lo sexual -aunque no está demás hablar, por supuesto- eso se va dando casi solo.

Enrique dijo...

El modelo "yo gano el dinero y tú lo administras", evita conflictos, pero después, en todo lo demás, es un modelo negativo: se establece una relación madre-hijo, en la cual quien hace de hijo casi deja de elegir, y quien hace de madre asume todas las responsabilidades.

Roberto dijo...

Antes (hace unos 20 años) era muy común escuchar: "en la cama no se entienden". Mas que no entenderse era que no se decían nada. Los demás nos enterábamos a través de las amistades de ella y de las de él, que a uno le gustaba mucho algo que al otro no le gustaba nada. Quizás ahora sea más común que a casi todos les guste casi todo, y ese tipo de problemas no parecen ser tan frecuentes.

Canducha dijo...

Antes se usaba mucho como pretexto eso de :"primero tenemos que conocernos sexualmente para ver si nos llevamos bien". Cuando en realidad este era un arugumento para tener relaciones prematrimoniales, en tiempos que no era tan común tenerlas.

Graciana dijo...

Por un lado decimos que sabemos que estamos llenos de defectos, y por otro, cuando nos señalan uno, saltamos como arañas.

Luján dijo...

No, no, no. La sexualidad no es nuestra única misión. En todo caso la conservación de la especie.

(las teorías demasiado dinámicas me ponen nerviosa)

Gabriela dijo...

Para que los otros capten una actitud tolerante en nosotros, que les permita ser sinceros, el paso previo es conocerse a si mismo. Si pensamos que nuestros defectos se deben a nuestra idiotez, escasa capacidad, minusvalía, la estamos errando. Es necesario conocer como nos vamos volviendo personas. Entender que somos el producto de lo que hemos vivido. Que lo principal se juega en los primeros cinco años de vida. Que todo lo que nos va pasando es producto del azar. Comprendido esto, no tiene sentido ofenderse porque no hemos aprendido a ser generosos, por ej. En ese caso lo veremos como el fruto de lo que hemos vivido en interacción con otros y nuestra circunstancia, determinados además por nuestra dotación genética. Nos daremos cuenta que si bien ser egoístas es un problema, no es algo que nos haga "malos". Fue algo que nos sucedió y que podemos intentar corregir. Si sacamos la culpa a una lado, recibiremos de manera más positiva las críticas.