viernes, 14 de octubre de 2011

Redactar para resolver

La mitad de un problema queda resuelto con un buen planteo.

«En esa aldea la gente sale a caminar portando un cartel con el problema que la aqueja porque nunca falta quien la aborde para darle la solución.»

En esta brevísima historia se muestra algo que puede servir para ganar dinero.

Los habitantes de esa aldea expresaban su problema dentro del breve espacio que permite un cartel de uso personal. Me lo imagino grande como una tarjeta postal (24 cms. de ancho por 11 cms. de alto).

¿Cuál es la dificultad que ofrece dar un mensaje con pocas palabras?

La dificultad está en que debemos pensar mucho para encontrar las palabras más significativas y ordenarlas en una oración que sea clara de entender.

Si usted hace el intento, podrá comprobar que para encontrar esa breve frase tan comunicativa deberá pensar muy intensamente sobre las particularidades de lo que quiere comunicar.

Le pongo un ejemplo:

— Si usted vende pescado, seguramente no necesitará escribir nada porque el propio olor de su mercancía hablará por usted.

— Si usted se dedica a curar enfermedades con los recursos de la medicina tradicional, alcanza con que el cartelito diga «médico».

— Si usted se dedica a curar enfermedades del aparato digestivo, empiezan los problemas porque en el cartelito deberá ingresar una palabra tan extensa como «gastroenterólogo».

— Si usted se dedica a vender cierta mercadería especial, tendrá que describirla, para lo cual tendrá que conocerla hasta determinar sus características esenciales y que otros puedan entenderlas.

— Si además usted ofrece a los compradores algún tipo de financiación, deberá resumir claramente esta facilidad.

En suma: para poder ganarnos la vida, es imprescindible saber qué ofrecemos, expresarlo brevemente y que los demás lo entiendan.

Seguramente, los aldeanos del cuentito encontraban la solución cuando intentaban poner en palabras cuál era su problema.

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10 comentarios:

Josefa dijo...

Y cómo saber cuál es mi problema, Licenciado?! Tengo cientos de problemas. Y lo único que tienen en común es que son míos. Si digo "mi problema", me veo obligada a seleccionar uno, o peor, a resumirlos todos en uno solo. Usted comprenderá que cada uno de mis problemas es demasiado importante como para andar acotándolo. Además si me quedo con un único problema de clara formulación... qué van a decir de mí? Ya mismo le respondo. Van a decir que a mí me sonríe la vida, que todo me sale bien, que fui tocada por la suerte. Qué injusticia! Nadie vislumbraría siquiera, el carácter dramático de mi vida.

Graciana dijo...

En casa todos los hermanos somos divorciados. Algunos una vez, otros dos veces... y yo tres. Fenómeno.
Mi madre está acostumbrada a los divorcios, naturalmente, y tuvo la entereza de no derramar una sóla lágrima en estas ocasiones; salvo la última. El último divorcio que llegó a mi familia fue protagonizado por mi hermano menor. Él sí que supo explicarnos a todos lo que le pasaba. Nos contó la novela entera, sin descanso entre un capítulo y otro. Al fin mi madre pudo llorar. Nosotras (mi hermana y yo)nos habíamos divorciado porque habíamos tomado una decisión y teníamos que afrontar las consecuencias. Es lo que se espera de un adulto. Pero no lo que mi madre espera de su hijo menor. Cómo iba a tomar una actitud tan razonable y práctica, como la que había tomado con nosotras? Cómo! Después de que había revivido las peripecias de una historia terrible. Una historia tan bien contada que sólo faltaba escribirla.
Se nota que me da bronca. No debería darme bronca. Al fin y al cabo mi hermano es una gran comunicador; no más que eso.

Mauricio dijo...

O sea que la madre de Graciana compró el divorcio del hijo e ignoró los de las hijas? Ja,Ja!
Lo lamento Graciana, pero es muy gracioso ese tipo de negocios. Venderle a la familia es lo más difícil. Hay que tener dotes. (de vendedor, o de comprador, quien sabe)

Lola dijo...

Yo vendo una mercadería especial. No puedo describirla, ni descubrirla. Pero vale la pena. A veces tengo ofertas que incluyen la entrada libre.

Carolina dijo...

En mi tarjeta diría: mi problema es que ud y yo estamos tan lejos...

Lautaro dijo...

A veces la particularidad de lo que uno quiere comunicar es que no necesita palabras.

Irma dijo...

Vendo terapia psicoanalítica.
Googlee y entenderá de qué se trata.
Llámeme para concertar una entrevista. Ahí veremos si nos caemos en gracia y si a ud le sirve el precio.


Ta lindo, no? Bien clarito... aunque no sé, hay algo que no me cierra. Para mi que a ese anuncio le falta algo...

Anónimo dijo...

A mí no me ponga nada! Digo, no me ponga ningún ejemplo. Los que contratan mis servicios saben de qué se trata la ingeniería genética. Saben de cuanto (USD) estamos hablando y saben que soy insoportable. Por eso la mayor parte del tiempo trabajo solo. Eso ya está asumido.

Jacinto dijo...

Me gusta pensar intensamente en las particularidades de su cuerpo.(del cuerpo de mi novio)
Por eso no consigo trabajo. Vivo en Babilonia. Necesito ayuda. Estoy siendo todo lo claro que puedo.
Help! Help!

Lucas dijo...

Si viviera en esa aldea, me pegaría un cartelito en la espalda que dijera: "preciso compañeras sexuales que no sean celosas ni absorventes".
Pero ya vio como son ellas. Claridad y sinceridad no son cosas que valoren especialmente.