domingo, 23 de octubre de 2011

El amor y el odio asociados

Ganamos nuestro dinero vinculándonos con quienes amamos y con quienes odiamos, mientras no ganamos ni perdemos nada con quienes no tenemos algún vínculo (indiferentes).

Una forma de plantear el problema de cómo ganar el dinero que necesitamos para autosustentarnos puede ser la siguiente:

1. Los sentimientos que nos unen son dos: el amor y el odio.

2. El sentimiento que nos separa es la indiferencia.

3. El dinero necesario para autosustentarnos proviene de quienes amamos y de quienes odiamos y no proviene de quienes mantienen con nosotros una relación de indiferencia.

4. El amor es productivo por razones que parecen obvias y por eso las enuncio someramente:

4.1. El amor es esencial entre quienes se unen para reproducirse.
4.2. Estimula la simpatía, comprensión, empatía.
4.3. Estimula la cooperación, asociación, confianza.

5. El odio es más difícil de comprender porque el «sentido común» lo asocia con factores exclusivamente negativos, sin embargo:

5.1. Estimula la discriminación (yo/tu), la diferenciación de intereses (me sirve/no me sirve), la propiedad (mío/tuyo).
5.2. Estimula el afán competitivo, mejora la producción, la oferta, los precios.
5.3. Le da transparencia y previsibilidad a las actitudes (amistosas/no amistosas).

Repito: con quienes no tenemos sentimientos de ningún tipo (indiferencia), no podemos vincularnos, transar, negociar, ganar dinero.

Aunque es muy desagradable hablar de odio y enemigos, es preferible hacerlo a quedarnos sin entender en qué situación estamos.

— Cuando tenemos un negocio, no somos amigos de los competidores;

— Cuando concursamos para la obtención de un trabajo, no amamos a quienes pueden dejarnos sin él;

— Si no contáramos con esos antagonistas (enemigos), la calidad de los servicios y las mercancías sería el peor posible pues nadie se esfuerza innecesariamente (1);

— En la competencia mercantil (como empresarios o asalariados), funciona la «suma cero» (2) en tanto lo que gana uno, otro deja de ganarlo.

(1) Sobre la indolencia universal

(2) Los ricos son campeones

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12 comentarios:

Luis dijo...

No creo que sea posible mantener un vínculo laboral cotidiano, manteniendo una indiferencia afectiva.

Ingrid dijo...

El esfuerzo por mantener la calidad de los servicios puede deberse también, a una motivación vocacional y no sólo a la competencia.

Norton dijo...

La indiferencia es humillante, mientras que el odio irrita y motiva reacciones diversas.

Inés dijo...

Es difícil comprender de qué manera nos une el odio.

Andrea dijo...

Es cierto; la indiferencia es una forma de estar en el mundo que no nos enciende el motor para luchar por la supervivencia.

Yoel dijo...

Antagonista y enemigo no es lo mismo.

Ma. Eugenia dijo...

El amor no es esencial entre quienes se unen para reproducirse. De qué hablamos cuando hablamos de amor?

Anónimo dijo...

Tengo un negocio, y así como no soy amigo de mis competidores, tampoco puede decirse que lo sea de mis clientes. La corrección y el buen trato, en este caso, no se deben a un sentimiento amistoso.

Lautaro dijo...

Creo que la simpatía, comprensión y empatía estimulan el amor; no al revés.

Ernesto dijo...

Si es el odio el que estimula la competencia, es fácil entender por que el capitalismo no es una buena opción.

Leticia dijo...

La competencia mercantil desestimula la paz.

Gabriela dijo...

La pobreza patológica puede ser la consecuencia de no querer adaptarse al modelo social en el que nos tocó vivir.