martes, 4 de octubre de 2011

Los celos propician una vida precaria

Los celos están justificados aunque éticamente son tan humillantes como la apropiación de un ser humano por otro, como si fuera un objeto (cosa).

Existen algunos argumentos que justifican la cultura, es decir, ese conjunto de usos y costumbres que en gran medida cuestionan, combaten y logran anular el menú instintivo que poseemos como los demás animales.

Uno de los argumentos más influyentes destaca nuestra vulnerabilidad, debilidad, premadurez, es decir, el desvalimiento que tenemos y que nos obliga a protegernos, vivir en comunidades con instituciones que nos protejan de los fenómenos naturales incluidas nuestras propias acciones antisociales y antihumanas que en algunos son particularmente peligrosas.

La cultura instaló el derecho de propiedad según el cual los ciudadanos podemos ejercer el uso y abuso sobre ciertos objetos en forma exclusiva, por ejemplo, puedo hacer con mi guitarra lo que desee.

El instinto no piensa lo mismo. Para nuestro inconsciente, para nuestra esencia más profunda, el planeta y sus contenidos no tienen dueño y todos podemos tomar de él lo que necesitemos.

Del conflicto entre la cultura (derecho a la propiedad) y el instinto según el cual no existen propietarios exclusivos de nada, surgen los delitos (1), que en este caso son, por ejemplo, robo, defalco, apropiación indebida, usurpación.

Para ganar el dinero necesario para subsistir, podemos actuar dentro o fuera de la cultura.

Los resultados no ofrecen dudas: la vida fuera de la cultura es muy precaria y dentro de ella puede llegar a ser digna.

Los celos son tan naturales, primitivos e instintivos como el deseo de robar.

Como la persona celosa imagina que su ser querido le pertenece y la cultura dice que ningún ser humano puede ser propiedad de otro, entonces:

Una persona celosa está fuera de la cultura y se expone a una vida precaria.

Artículos asociados:

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El robo y las ideologías de izquierda

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10 comentarios:

Amanda dijo...

No puedo mirar ese dibujo sin que me duela. Y eso que soy mujer!

Delmira dijo...

si los celos implican concebir al otro como una cosa, un objeto, entonces se trata de un comportamiento perverso o psicopático

Filisbino dijo...

Es razonable entender los celos como antisociales. Para nada favorecen la vida en sociedad. Sin embargo la cultura los justifica y tolera. Incluso dicen que quien no siente celos es porque no ama.

Gabriela dijo...

Pienso que si la cultura tolera los celos como algo natural (siempre que se enmarquen dentro de ciertos límites), es por algún motivo útil. Quizás sea porque la enorme mayoría de las personas no estamos preparados para tolerarlos.

Irene dijo...

No olvidemos que la cultura (me refiero a las costumbres y los valores que conforman un modo de vida)tiene aspectos contradictorios. Muchísimos. Para no ir más lejos: nadie dice estar a favor de la pobreza, sin embargo todos la toleramos (la propia o la ajena).

Aníbal dijo...

Los celos no sólo propician una vida precaria, pueden llegar a provocarte desequilibrios psíquicos muy importantes: crisis de angustia, ira, pérdida del control.

Oriente dijo...

Como animales que somos, defendemos nuestro territorio y por consiguiente todo lo que está dentro de él.
No es cierto que el sentido de propiedad sea sólo cultural.

Alfred dijo...

El instinto nos lleva a apropiarnos de bienes ajenos porque el deseo de poder es muy primitivo y forma parte de ese instinto.

Luis dijo...

A algunos ladrones de cuello blanco, les ha sido muy productivo llevar ciertos aspectos de su vida por fuera de la cultura.

Adémar dijo...

Mi trabajo es precario, mi vivienda es precaria, mi salud es precaria... qué más precaria puede ser mi vida a causa de los celos?