domingo, 21 de julio de 2013

Acoso en el criadero de peces



 
El estrés (preocupación, ansiedad, intranquilidad) es desagradable pero, en dosis adecuadas, posibilita un mejor desarrollo de las potencialidades individuales.

Lo que habré de comentarles es una anécdota que quizá sea verídica o no, pero verán que esta diferencia es irrelevante.

Según parece algunos cultivadores de peces descubrieron que cosechan mejores ejemplares si en los acuarios de cultivo introducen algún enemigo natural de la especie que se cría.

Lo diré con un ejemplo: pensemos en un criadero de merluzas. Si en las grandes piletas se agrega un tiburón, las merluzas tendrán mejor sabor pues el temor natural al depredador hará que ellas desarrollen su máxima potencialidad genética. Por el contrario, antes de agregarles esta amenaza, las merluzas se desarrollaban en tamaño pero no en sabor. Eran más grandes (obesas) pero menos sabrosas.

El razonamiento que subyace es el siguiente:

Los depredadores siempre se comen a los ejemplares más vulnerables porque los más aptos, huyen o se defienden. Por lo tanto la tarea del tiburón es mantener a las merluzas en estado de alerta, desplegando todas las potencialidades de la especie, a la vez que se irá comiendo a las merluzas que nacieron con menos fortaleza.

Otra tarea del tiburón es la de quitar a los ejemplares menos sabrosos, los más débiles, los enfermos, los ancianos. Por esto la producción mejora en calidad: los peces que sobreviven son los mejores y estos serán los mejor pagados por los consumidores humanos.

Ahora le comentaré por qué no es importante saber si esto es verdad o no.

Si al leerlo usted tuvo la sensación de que es «verdad», eso significa que encuentra creíble que las amenazas que padecemos en nuestras sociedades mejoran el crecimiento (desarrollo) de sus integrantes. Quizá también sea una persona que acostumbra preocuparse porque considera que es un «mal necesario».

(Este es el Artículo Nº 1.947)

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