sábado, 14 de marzo de 2009

Lo malo de negociar con Colón

Desde que publiqué el primer artículo sobre el instinto de poder titulado Los instintos ¿están para ser reprimidos?, han ido surgiendo otros que también hacen su aporte interesante (ver nota al pie).

La idea que hoy quiero compartir con ustedes es la siguiente:

Este blog surgió porque hace unos años encontré que el psicoanálisis no había tratado suficientemente nuestra relación con el dinero. Desde entonces han surgido cerca de 500 ideas y los comentarios de ustedes suman varios miles.

El poder que nos da el dinero implica de alguna manera despojar al otro. Así como se reconoce burlonamente que los conquistadores se aprovechaban de la ingenuidad (o debilidad militar) de los indígenas para canjearles oro por «espejitos de colores», puede estar en nuestro espíritu una similar condena a esa actitud depredatoria cuando canjeamos bienes o servicios importantes por simples «papelitos de colores» (el dinero).

Cuando compramos somos los victimarios y cuando vendemos somos las víctimas.

En general, el canje de bienes y servicios valiosos por simples «papelitos de colores», puede recordarnos que somos responsables de un condenable abuso de poder (actores pasivos o activos, víctimas o victimarios, pero responsables al fin).

En suma: Una inhibición que padecen algunas personas en su vinculación con el dinero, puede estar asociada a los aspectos negativos que indudablemente tiene nuestro instinto de poder, en tanto su ejercicio suele representar una pérdida para un semejante.

En otras palabras, usar el dinero puede generar dolorosos sentimientos de culpa.

(Nota: Poco pero mío; «A éste lo quiero para mí»; Cómo tener poder; Los tres poderes.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo x bien seguro que no es fácil tratar algunos temas de dinero. Mi mayor felicidad sería que la gente siempre me pagara de primera intención y que yo a lo sumo sólo tuviera que rechazar algunos excesos (que me quisieran pagar de más)

Anónimo dijo...

A mi me han hecho sufrir mucho no pagándome, haciéndome poco menos que rogar para que me den lo que es mío.

Anónimo dijo...

Por lo que tengo observado en mis largos 40 años, las personas somos mucho más crueles y despóticos que cualquier animal. Nuestra maldad se observa desde bien pequeñitos.

Anónimo dijo...

Están dramatizando algo que es mucho mes complicado: Alguien compra algo y el que vende queda contento. De qué estamos hablando acá?

Anónimo dijo...

La cosa sería así:

1) Tenemos vergüeza de hablar de temas de dinero, de cobrar.

2) Alguna razón o varias deberían existir.

3) En este Blog se listan algunas de ellas.

4) En este caso, la propuesta es que algunos inhibidos con temas de dinero podrían evocar un abuso de poder ya que un jarrón chino x unos papelitos, parece una trueque desventajoso.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con que usar dinero pueda generar culpa pero igual quebraré una lanza por usted. Cuando estuve con una fuerte depresión y todo me daba miedo, lo que más le pedía a quienes me cuidaron es que no me dejaran sola cuando tuviera que usar dinero, porque tenía muy fuertes palpitaciones y miedo. Mucho miedo.

Anónimo dijo...

No me doy cuenta qué quiere decir. Yo, cada vez que logro vender algo, no me siento víctima por recibir los papelitos de colores. Es más, a veces siento que el que se llevó la porquería que le vendí, es mucho más infeliz que yo.

Anónimo dijo...

Antiguamente la moneda de papel tenía un respaldo verdadero. Se llamaba "convertibilidad". Uno iba al banco emisor y a cambio del papelito como le dice usted, le entregaban una cierta cantidad de oro. Luego eso se terminó o sea que ahora son más papelito que nunca.

Anónimo dijo...

Es la primera vez que entro en este block y me sorprende la cantidad de cosas escritas que hay sobre algo que para mí no se podía decir más que una frase: El dinero es un símbolo del mal.

Anónimo dijo...

La historia ha demostrado que los indígenas perdieron con los españoles, pero algunos no estamos tan convencidos que este triunfo militar valide algo excepto la fuerza bruta y la bestialidad de los conquistadores.

O sea, no tengo claro si el oro vale más o menos que los espejitos de colores.

Ya sé, en mi casa ya me lo dijeron: estoy loco no?

Anónimo dijo...

Si es cierto que cuando compramos somos victimarios entonces estoy casado con una sádica torturadora. (Lo cual, en algunos aspectos, puede ser verdad).

Anónimo dijo...

Es lo que yo digo! El dinero no hay que gastarlo, hay que acumularlo!

Anónimo dijo...

Alberto querido, cuántos hay que no rechazan los excesos, que odian los regalos salvo cuando son en efectivo.

Anónimo dijo...

Ojalá siga dando culpa el despilfarro.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Carlos Tamaro. Es más, los espejitos son más importantes que el oro porque en ellos te poder ver. Los mayas, o quienes hayan sido, hicieron buen negocio.

Anónimo dijo...

El poder se reconoce como bueno cuando genera ganancias para todos.

Anónimo dijo...

Ya que ahora el dinero no tiene convertibilidad, por lo menos se le podría dar más color!

Anónimo dijo...

La solución es usar el dinero bien, así nadie se queda con sentimientos de culpa.

Anónimo dijo...

Le voy a decir al Nano Folle que considere esta nueva arista del conflicto entre víctimas y victimarios.

Anónimo dijo...

Si el bien o el servicio que se brinda es realmente importante, debería estar pagado por papelitos con muchos ceros.

Anónimo dijo...

Cuando vendo me siento un rey y cuando adquiero un bacán. Eso sí, nunca compro.