miércoles, 4 de marzo de 2009

Quien mata primero, come

El instinto de conservación nos impone dos criterios bien fáciles de comprender:

1º. Necesitamos comer.
2º. Necesitamos no ser comidos.

Con el 1º estoy abarcando todo lo que necesitamos del mundo exterior. Tanto sea comer un vegetal, abrigarnos con la lana de una oveja, que alguien seque amorosamente nuestras lágrimas.

Con el 2º estoy abarcando todo lo que tenemos que evitar para que otros no pongan en riesgo nuestra existencia. Debemos evitar que un león nos coma, que alguien robe nuestro abrigo, que alguien abuse de nosotros (explotación, violación, injusta culpabilización).

Lo que tienen en común estos dos criterios que nos impone nuestro instinto de conservación es la agresividad, en un caso aplicada por nosotros y en el segundo recibida de otros.

Existe un proverbio que nos paraliza: «No le hagas a los demás lo que no quieras que otros te hagan a ti».

Si aceptamos que la naturaleza nos obliga a matar para poder comer (un vegetal o un animal), y que tenemos que exigir (mediante el llanto, la reclamación gremial, la demanda judicial) que otros nos entreguen lo que necesitamos, estamos haciendo contra otros lo que no querríamos padecer.

Sin embargo, no hay más remedio que transgredir esa norma de hierro, haciéndole a los demás (vegetales, animales, personas) lo que no nos gustaría que nos hicieran.

La naturaleza nos obliga a ser incoherentes o estamos definiendo mal qué es ser incoherente.

●●●

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece a mí o el licenciado está apuntando a resúmenes conceptuales muy concentrados?

Anónimo dijo...

La metáfora sobre la devoración recíproca es atinada porque vivimos en un "sálvese quien pueda". ¿Existirá algún lugar del mundo donde esto no sea así?

He fantaseado con irme a Bolivia, al Altiplano. Ahí parece que la gente es otra.

Anónimo dijo...

Con ese proverbio me parece que se da el punta pie inicial de toda la hipocresía humana.

Anónimo dijo...

Las leyes del país parecería ser que están para ayudarme a que no me coman como dice usted, pero ya hace tiempo que no confío en ellas.

Anónimo dijo...

Arrancamos mal. El punto 1º dice: tenemos que comer. No es mi caso. Estoy hecha una vaca y no puedo comer ni espinaca.

Anónimo dijo...

Qué fácil es la vida ahora. Nos quejamos de llenos. Pensar que antes los seres humanos tenían que andar cuidándose de que no se lo comieran los leones, los tigres, los cocodrilos. Ahora, en mi apartamento de un 29avo piso, no llegan ni los mosquitos.

Anónimo dijo...

A mi si me comieran, estaría fascinada. Depende de quién, claro está.

Anónimo dijo...

La coherencia es un vicio social. Al menos en mi caso. Soy la más popular de las chicas y soy la preferida porque lo importante es que los demás se sienta bien conmigo y no que yo sea coherente. Como los amo y me gusta hacer regalos (incluido de mi propio cuerpo, tan sólo por un ratito, jiji), entonces soy popular sin ser coherente. Aprendieron chicas?

Anónimo dijo...

A ver si traduzco bien su idea: "No te comas al otro si no quieres que éste te coma a ti".

Ejemplo: No te comas el perejil si no quieres que este te coma a tí.

Pero el perejil no puede comerme. ja! Lo embromé al perejil, pero aprendo y digo lo mejor: No te comas a quien pueda vengarse de ti.

Esta es la clave: Hacer todo pero no ser castigado. Tirar la piedra y esconder la mano.

Entendí bien doc?

Anónimo dijo...

Qué error fatal he cometido!!! Abandoné mi empleo para tomar otro en el que ganaría el doble, pero jamás se me ocurrió pensar que tendría que tolerar el triple.

Anónimo dijo...

Creo en la cadena alimentaria. Acá en el planeta tierra el asunto está organizado para que el pez grande se coma al pez chico. Si nos tocó ser pez chico, bueno, habrá que tener cuidado no?

Anónimo dijo...

Como en la película, Slumdog Millionaire, yo también creo en el destino. Está todo escrito y por más que queramos no perjudicar a los demás para que no nos perjudiquen, es probable que si nos van a perjudicar, lo harán sin reparar para nada en este proverbio.

Anónimo dijo...

De los dos criterios del instinto de conservación se desprende que viviré eternamente. ¡Que karma!

Anónimo dijo...

¿Por qué Nohemí? ¿Tan feíta sos? ¿No tenés ningún encanto secreto?

Anónimo dijo...

LOS VEGETARIANOS SON UNOS COBARDES

Anónimo dijo...

Es cierto, la naturaleza nos obliga a ser incoherentes, la familia nos obliga a ser incoherentes, los jefes, el Estado, la sociedad, el universo!
Lo natural de la naturaleza humana es ser incoherente.

Anónimo dijo...

El dicho que ud cita se refiere sólo a el comportamiento entre los seres humanos. Así que no me salga hablando de los vegetales y el resto del reino animal. Es una norma moral, por lo tanto es para los humanos, entendió!

Anónimo dijo...

Ser incoherente es decir una cosa y luego después de 20 años, en los que uno ha cambiado, evolucionado y con suerte crecido, decir lo contrario. Ser incoherente es una virtud.

Anónimo dijo...

Conozco muchos lugares en los que ese proverbio no paraliza en lo más mínimo.

Anónimo dijo...

Yo me abrigo con lana de oveja cuando cobro el aguinaldo.

Anónimo dijo...

Si necesitamos comer y no tenemos para comer, necesitamos robar. Si necesitamos no ser comidos y no tenemos cómo escapar, necesitamos matar.

Anónimo dijo...

Si hacemos reclamos gremiales y demandas es porque ya hubo alguien que empezó por hacernos lo que no le gustaría que le hicieran a él.

Anónimo dijo...

Sí...la verdad que el modelo que nos ofrece la naturaleza no es demasiado inspirador para las buenas obras.