Es normal que el psicoanálisis nos lleve a los primeros meses o años de vida para entender algunos fenómenos que aparecen en el adulto.Los registros inconscientes referidos a la evacuación de las heces ocupan un capítulo muy importante en esta teoría de la psiquis.
El «esfuerzo exagerado» y el «esfuerzo inútil» se asocian a un origen intestinal que se refleja (al menos en el Río de la Plata) con dos expresiones populares: «romperse el culo» y «trabajar al pedo» respectivamente.
Es opinión generalizada entre los psicoanalista que cuando somos pequeños se inicia nuestro manejo del poder sobre los demás a partir del interés de los adultos por la correcta evacuación.
Cuando el pequeño puede controlar su defecación fortalece su personalidad porque complace a los anhelantes padres a su antojo, mientas que el estreñimiento y la diarrea son fallas de su cuerpo que le quitan esa estimulante sensación de poder.
Por su parte, la reacción del entorno a su defecación determina cómo él se posicionará en el futuro respecto al esfuerzo que se le solicite. Si tuvo una experiencia gratificante con su defecación, probablemente hará un uso generoso del poder que llegue a tener, mientras que si esa función fue tratada con rechazo o indiferencia, no disfrutará de controlar sus deseos en beneficio ajeno.
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23 comentarios:
Mi mejor lugar para hacer caca era la cocina donde mi mamá me hablaba aunque seguramente encendería el extractor de aire y algún sahumerio.
Nuestro hijo del medio nos volvió locos con su control fecal. Llegamos a prometerle "villas y castillas" para que moviera el vientre y estaba como emcaprichado. Al final tampoco podía movilizar porque se estreñía y le dolía. Siempre fue muy rebelde.
El psicoanálisis es como una novela de ciencia ficción. Tienen cada ocurrencia muy divertida pero jamás se me ocurriría consultarles un problema serio porque todo esto no me inspira confianza.
Mi secretaria parece tonta pero es muy observadora. Ella dice que el trato que yo le doy a los clientes está totalmente proporcionado con las compras que me hacen.
Me gustó que observara esto.
Según un gastroenterólogo que consulté, me esfuerzo tanto con mi trabajo que me salen hemorroides.
Uhhh! No se qué pasará entonces con mi Josefa porque mi cra tiene un asco insuperable cuando la higieniza.
La vida de una mujer no tiene lógica. Estoy negociando con unos empresarios ecuatorianos y recibo un SMS de la chica con aleluyas porque Micaela hizo caca. ¡Qué locura! ¡Qué buena noticia! Los ecuatorianos me chupan tres huevos. ja!
Me río con su artículo aunque no es gracioso. A nuestro Miguel primero le dimos un obsequio cuando hizo caca en el orinal. Luego nos pareció excesivo y le dimos cada 3 veces un premio. Ahora estamos en un premio cada 10. Si llega a entender la situación inflacionaria en la que lo estamos metiendo, se va a ir de casa con 5 años. jaja. Comiquísimo.
Mi suegra que es muy modernosa y cholula vino con la novedad de que la última moda (?) es retirar los pañales cuando pasaron 3 días sin que los ensuciara.
El enchastre no lo va a limpiar ella.
La tía soltera que me crió era muy jovencita y me felicitaba por la cantidad de soretitos y aprendí a cortarlos para que me felicitara más.
Tengo pasta de chanta.
Filmé a un irresponsable que todos los días dejaba que su perro ensuciara mi vereda y le gané un juicio en la comuna. Ahora no tengo más la caca de su perro pero el amo se convirtió en un perro peligroso. Espero que no se propase.
Esto sólo puedo desahogarlo anónimamente en este océano de palabras perdidas, pero mi hijo me tiene totalmente harto con sus extrañas decisiones a la hora de defecar. Es la reencarnación de Hitler y Mussolini. Somos rehenes de un engendro demoníaco de 3 años. Estoy deseando que se vaya de una vez porque si no se va, la madre y yo nos iremos de mochileros y lo dejaremos sólo con su tiranía.
El licenciado quiso hacerse el canchero usando algunas expresiones populares pero está enfrascado en su barniz académico. Se parece a una monja disfrazada de puta fina.
El asunto es que los niños aprenden a ser cagadores en esa primera etapa. Los padres somos sus conejillos de indias. De ahí salen los grandes chantajistas, extorsionistas, evasores, proxenetas, lavadores de dinero, traficantes.
Esto es decir las cosas por su nombre.
Cuanta irracionalidad en este blog. Qué pasa con la gente joven. ¿Ya no quieren tener más hijos? ¿Es muy difícil criarlos? ¿Qué piensan que sucedió con estos comentaristas enojados cuando ellos fueron bebés?
Creo que una de las ocurrencia de Freud era que en nuestro inconciente están asociados el dinero, las heces y los niños. No sé si tendrá que ver o no con estas hipótesis de usted.
Pero al final, de última, ¿no es que el cuerpo se regula solo?
Digo, si el nene no hace caca no veo la necesidad de estarle encima tampoco.
Si sabe como hacerlo solo ya y sabe reconocer cuándo tiene la necesidad calculo que irá solito o sino pedirá ayuda en tal caso.
¿Cómo se supone que funciona esto?
¿Debemos estar pendientes de la caca de nuestros hijos?
Que cagada!!!
Sí, de acuerdo con Nachman, estamos demasiado pendientes de nuestros hijos y terminamos perdiendo la naturalidad y el sentido común.
Tengo ocho hermanos y no creo que la vieja haya tenido demasiado tiempo como para darle mucha atención a esta cuestión del control de esfínteres, asimismo creo que todos salimos bastante derechos.
Estoy en análisis pero aún no hemos llegado a esas etapas tan tempranas. Cuando eso suceda creo que no podré hacer mucho porque la verdad es que no recuerdo nada.
Habla de las materias fecales y no menciona la orina ¿para la psicología tienen el mismo significado?
Mi experiencia con la defecación no fue nada gratificante. No hubo rechazo ni mucho menos indiferencia, peor, lo que hubo fue encarnizamiento. Mi madre llevaba un obsesivo control de mis evacuaciones y cada vez que no se producían con absoluta regularidad me hacía un enema.
Parece bastante claro por qué el Psicoanálisis vincula al control de esfínteres con el manejo del poder. Es el primer hecho trascendente para el niño, sobre el cual el puede establecer control, donde además tiene la opción de revelarse o gratificar a sus padres.
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