Nuestro funcionamiento mental puede concebir que la leche materna es una metáfora o un simbolo del dinero y viceversa.
La idea central de este artículo parte de algo que mencioné en un artículo anterior (1).
Me refiero a que la leche humana puede ser simbolizada por el dinero, en tanto y en cuanto ambos son elementos (sustancias, objetos) esenciales para nuestra supervivencia. La leche nos alimenta directamente mientras que el dinero es un intermediario eficaz para obtenerla.
La asociación entre leche materna y dinero permite la reversibilidad, es decir, que nuestra mente también puede pensar (asociar inconscientemente) que el dinero es como la leche materna que nos aportó nada menos que el placer de calmarnos el hambre.
Para apoyar esta idea que les propongo (comparar el dinero con la leche materna) necesito comentar que nuestra mente funciona con altos grados de irracionalidad.
Las metáforas son formas de pensar con las que desplazamos el sentido de las cosas, personas o ideas. Es una comparación entre dos elementos notoriamente distintos pero que la inteligencia del receptor permite entenderla aunque la oiga por primera vez.
Todos entendemos cuando nos dicen «Sus ojos son dos luceros...», o «Aquellos cabellos de oro...», o «En invierno mi casa es un refrigerador».
Existen otras formas de comparar elementos diferentes pero de una forma más popular, colectiva, universal, convencional. Me refiero a los símbolos.
Por ejemplo, la cruz es un elemento de tortura utilizado por los romanos al principio de nuestra era pero también es el símbolo del cristianismo; una balanza de dos platillos es una herramienta para medir el peso pero también es el símbolo de la justicia porque alude al equilibrio y a la equidad.
En suma: Estos funcionamientos mentales (metáfora y símbolo), permiten proponer que el dinero es inconscientemente comparable con la leche materna.
(1) Problemas económicos y/o sexuales
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9 comentarios:
Mi madre me sigue diciendo que entre a tomar la leche.
Me quiero matar.
Los escritores hacen un arte del uso ingenioso y bello de los funcionamientos mentales.
Los escritores usan las figuras retóricas Leticia!
Mi vida es triste. Siempre intermediario. Nunca protagonista.
No me gustó. Sus ojos eran dos luceros pero estaba llena de agujeros negros.
El petróleo es la leche del diablo.
En verano
mi casa es una pava.
No seas pavote
quedate en tu casa.
La primera vez oí : "Adán, tengo antojo de comer manzanas".
La segunda vez: "Sos un imbécil, por qué me hiciste caso!"
Capaz que soy pobre porque sigo tomando leche y no me paso a la metáfora...
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