La pobreza puede estar provocada, favorecida o conservada, por causa de una erotización del aparato digestivo, propia de las primeras etapas de la vida humana (lactancia).
En otro artículo (1) comento que nuestra idiosincrasia personal (personalidad, temperamento, carácter) son determinantes de nuestros gustos.
Les decía que existen dos grandes categoría de restoranes:
— Los que ofrecen comida abundante y barata; y
— Los que ofrecen comida escasa y costosa.
En este contexto podemos detenernos brevemente para observar un dato interesante.
Es posible deducir que:
— las clases económicamente más beneficiadas, pueden concurrir a cualquier restorán. Sólo precisan tomar la decisión.
— las clases económicamente menos beneficiadas, NO pueden optar. Sólo tienen dinero suficiente para comer en restoranes de precios módicos.
La coherente búsqueda de maximizar el rendimiento de su escaso dinero, induce a los pobres a elegir los restoranes que ofrecen porciones muy abundantes.
En el artículo ya mencionado (1) deducía que los placeres gastronómicos denotan una nostalgia de la primera etapa de nuestra vida, cuando las principales actividades y sensaciones tenían mucha vinculación con el aparato digestivo (comer y evacuar).
No es temerario agregar que las personas con esta predilección por la alimentación, conservan en los órganos correspondientes una especial sensibilidad neurológica.
En otras palabras, es probable que la sensibilidad natural de nuestras zonas corporales más eróticas (vagina, vulva, clítoris, glande, senos), también estén presentes en los órganos del aparato digestivo.
Si hacemos el camino inverso en las ideas expuestas en estos dos artículos, es posible proponer que las personas dotadas de una sensibilidad erótica en el aparato digestivo (boca, esófago, estómago, intestino, ano), hagan del comer una actividad muy placentera, con especial nostalgia de su lactancia, todo lo cual, directa o indirectamente, los orienta hacia las clases sociales económicamente menos favorecidas (pobres).
(1) Buen provecho
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10 comentarios:
Qué mala noticia, doc!
También es cierto que en los países ricos donde la mayoría de la población tiene un buen nivel de vida (no los países ricos donde existe un pequeño sector muy rico y enormes diferencias distributivas), hay un alto porcentaje de población con sobrepeso. En este caso no creo que podamos pensar en nostalgia de la lactancia, sino en la superabundancia de recursos.
Me encanta comer y además me paso tocando los labios sin darme cuenta.
NO QUIERO SER POBRE LICENCIADO!!!
Con mi señora vamos a los restaurantes caros cuando estamos a dieta.
Si es que sufro nostalgia por la época de la lactancia, por qué no me paso tomando leche? Engordaría menos.
Los gordos somos buenos y divertidos porque sentimos placer por todos lados.
Recuerdo que cuando estaba internado y vivía sólo a suero, soñaba que era rico y tenía una hermosa piscina climatizada rodeada de plantas y esculturas.
Cuando me recuperé y empecé a comer como antes, tenía pesadillas en las que siempre me veía a mi mismo tirando de un carrito.
La comida de los restoranes finos no es tan costosa para el dueño del restoran. En esos lugares te roban a cara descubierta.
Las especialidades costosas son muy placenteras al paladar. La comida barata te llena el ojo pero antes de llegar a la mitad del plato deja de ser placentera y pasa a ser compulsiva. Quienes tiene erotizado el aparato digestivo (si es que se puede afirmar eso), optará por porciones deliciosas y pequeñas.
Laringe, faringe, esófago, estómago e instestinos, no pueden erotizarse. Sería como decir que el corazón o los pulmones pueden estar erotizados. En el aparato digestivo tenemos dos zonas erógenas: la boca y el ano.
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