El coeficiente intelectual mide nuestra inteligencia aunque en última instancia esta depende de cuánto podamos privarnos de las ilusiones.
La lógica psicoanalítica es más discutible que la lógica matemática porque es más flexible, cuenta con premisas no confirmadas y sobre todo, porque nuestros cerebros padecen una tendencia muy fuerte a rechazar lo desagradable y a creer lo conveniente, lindo, fácil.
Aunque nuestro cerebro considera más conveniente, lindo y fácil suponer que nuestra especie es maravillosa, insuperable y mimada por un ser infinitamente poderoso, bueno y justo como es Dios, tendríamos que poder admitir que somos una especie más y que nuestras únicas funciones, misiones y destino son reproducirnos para que la especie sea inmortal (1) y producir para alimentarnos el tiempo necesario para que podamos gestar y criar a los nuevos ejemplares.
Los humanos vivieron bien mientras creyeron
— que el planeta Tierra era el centro del universo,
— que somos una estatua viviente esculpida por Dios, y
— que tenemos libre albedrío.
Los humanos sufrieron las pérdidas de estas tres creencias (ilusiones) cuando
— Copérnico demostró que nuestro planeta gira en torno al sol;
— Darwin nos convenció de que descendemos del mono;
— Freud propuso la existencia del inconsciente cuya función psíquica determina nuestras decisiones.
La desilusión provocada por estas novedades generó grandes protestas, descalificaciones, intentos de «matar al mensajero» (Copérnico, Darwin, Freud).
Muchas personas consideran inadmisible que sólo seamos portadores del ADN que le da inmortalidad a la especie y que una vez entregado nuestro legado a la próxima generación (reproduciéndonos), como si fuéramos participantes de una carrera de relevos (1), ya no tenemos motivos para seguir corriendo (viviendo).
Por este tipo de resistencia a las malas noticias, seguimos diciendo que «el sol sale por el este» en vez de reconocer que, en nuestra rotación, comenzamos a verlo por el este.
(1) El espíritu en realidad es la sexualidad
●●●
12 comentarios:
Los humanos nunca vivieron suficientemente bien.
A mí me desilusiona otra cosa. Me quita fuerzas sentir que todo es tan difícil. No me estimula a vivir, como dice ud que estimulan las dificultades.
No seas quejosa Magdalena. Así todos te van a huir.
Ud tenga cuidado... mensajero.
Sólo somos portadores del ADN, y encima viene fallado!
La vida es bella! No importa cuanto dure, ni que esté perdida en la inmensidad, ni que sea imposible de gobernar. Incluso no importa que seamos animales. No importa... no importa nada... nada importa...
Nada importa una mierda!
Ya que perdimos la ilusión de ser inmortales hijos de Dios. Más la ilusión de ser libres y centro del mundo, ahora estamos en condiciones de crearnos nuevas ilusiones: ganar mucho dinero, darnos los gustos, imaginar que nuestro mundo es el mundo.
Ud dice que con tener un hijo sano ya está? Ya podemos jubilarnos de la vida?!
Me gustaría saber qué es jubilarse de la vida, Ma. E. Sobre todo me interesa saber cuál es el pago para el que ya no hace nada. En todo caso a mí me están debiendo bastante. Tuve mi primer hijo a los veinte años.
Dios lo había previsto. Saber trae desilusiones de las que uno no se recupera. Pero los caprichosos de Adán y Eva tenían que comerse la manzana!
Pero ojo con el psicoanálisis! También sirve para creer lo que uno quiera.
El mono es una especie, el ser humano es otra y Darwin debe ser otra...
Publicar un comentario