domingo, 8 de marzo de 2009

«A éste lo quiero para mí»

En el artículo publicado ayer con el título Los instintos ¿están para ser reprimidos? les decía que según algunos «opinadores» sobre los fenómenos psíquicos, existen tres instintos: el de auto-conservación, el de reproducción (sexual) y el de poder (o apoderamiento).

Según cuentan los historiadores, la violencia ha ido cambiando de forma a través de los siglos: antes era más física que ahora.

Lo necesario o deseado era conseguido por la fuerza física mediante invasiones, violación, esclavitud y robo mientras que ahora que contamos con el dinero desde hace unos siglos, es posible aplicar otras formas menos visibles, como es la compra de esos bienes y muchas veces también voluntades, preferencias y a veces también amor.

En este punto quería detenerme.

Más allá de las apariencias que todos podamos percibir, es muy probable que en la especie humana también sea la mujer (hembra) la que determina cuándo procrear y que por lo tanto, sea ella la que elige al varón que la fecundará.

Si bien en nuestra especie no existen períodos de celo tan visibles como en otros mamíferos, podríamos suponer que ellas están instintivamente dotadas para seducir a un varón con quien formar una pareja y luego una familia.

Como los factores culturales influyen en nuestros instintos en tanto estos son sensibles al entorno (períodos de auge o escasez, guerra o paz, población escasa o superpoblación), es posible pensar que la mujer no solamente elije a su compañero por la riqueza genética que intuya en él sino también por una capacidad económica que les asegure a todos un razonable bienestar.

También es posible suponer que un buen ejemplar de nuestra especie sea fuerte económicamente.

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27 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy terriblemente nostálgica y siento mucho placer imaginándome que un hombrote bien animal, me arrastra hacia su caberna, me viola, no me permite salir, me trata como si fuera su ganado.

Anónimo dijo...

Qué curioso! Nunca me había puesto a pensar que los humanos no tenemos período de celo. Buen dato aunque no sabría encontrarle aplicación por ahora.

Anónimo dijo...

Si no entendí mal el texto más la foto, lo que usted afirma es que las mujeres son nuestras jinetas?

Esto me hace pensar muchas cosas en mi relación con todas las mujeres que tengo en mi vida (y hasta una perra que también toma sus decisiones).

Anónimo dijo...

Mi cabeza ha ido rotando por diferentes posiciones. Ahora que estoy divorciada y buscando afanosamente a otro 'compañero de vida', el aspecto económico tiene más peso que antes. Ya no estoy tan dispuesta a aceptar a alguien que no tenga auto, por ejemplo. Cuando era jovencita me hubiera ruborizado de tener este pensamiento, pero ahora ya lo digo con el desparpajo de una inescrupulosa.

Anónimo dijo...

Aunque no estoy de acuerdo en muchas cosas que usted afirma como si fueran verdaderas, de vez en cuando me doy una vuelta por sus blogs que los tengo en Favoritos y hoy, por primera vez, agrego un comentario porque estoy bastante de acuerdo con lo que propone.

Anónimo dijo...

El último párrafo es más importante de lo que aparenta. Deja en evidencia de que usted supone que hay personas mejor dotadas que otras y que por lo tanto se merecen más. Las corrientes ideológicas de izquierda suelen afirmar que los recursos deben estar determinados no por la capacidad sino por la necesidad. Extraña lógica pero que convoca a los menos favorecidos que son una mayoría y que votan en igualdad de condiciones con los más favorecidos.

Anónimo dijo...

No sé xq es, pero sé que cuando detecto un varoncito que me gusta, difícilmente ignore mi mirada y mi sonrisa. Ya me estoy teniendo fe en esta cosa que pasa conmigo. Ojalá conserve esta dentadura. jajaja

Anónimo dijo...

Nada que ver lo que dices licenciado. Yo no enamoro a nadie, son algunos de ustedes que aflojan mis rodillas y me desplomo para que hagan lo que quieran conmigo. Soy una fácil y me cuesta un triunfo disimularlo y creo que no lo logro porque algunos de ustedes son muy malitos y se abusan abiertamente de mi.

Anónimo dijo...

Por suerte abandoné mis frenéticas pasiones románticas cuando me di cuenta que hay hombres que no sirven ni para ellos mismos. Ahora sólo busco hombres completos (no para terminar de armar) y mi lucha es con algunas amigas que, por pura coquetería, siguen siendo románticas porque esos les hace creer que son jóvenes, y después de los 40 amigas mías, eso dejó de ser así.

Anónimo dijo...

He descubierto algo ahora que ya tengo mi buena experiencia. Me creerán o no pero el amor sí se compra, lo que sucede es que no se puede pagar directamente: Dame tu amor - tomá mi dinero.

Se puede comprar pero siempre hay que pagarlo indirectamente: Dame tu amor - Quieres venir conmigo a Valencia este fin de semana?

No se olviden de lo que yo les digo. Es un dato confiable.

Anónimo dijo...

Yo coincido mucho con las propuestas del lic y les digo como lo veo a esto del amor comprado. Para que yo crea que el amor que recibo es amor, necesito sentir que me lo dan porque soy como soy (incondicionalmente). Soy yo mismo el que no puede pagarlo porque entonces ahí sentiría que esas caricias son por lo que tengo y no por lo que soy.

Para sentir que ella me da amor, tiene que ser sin pagar porque mi madre no me cobró.

Anónimo dijo...

Lo único que nos faltaba a las mujeres! Resulta que ahora también entramos en período de celo como cualquier vaca, yegua o perra. Los hombres parece que no conocen límites en su tarea de negarnos.

Anónimo dijo...

Me parece que el bloqueo que le hace EEUU a Cuba es una forma de violencia económica y es muy poco lo que se hace para condenarla.

Anónimo dijo...

Con el dumping lo que hacen los poderosos es vender por debajo del costo hasta que se mueran afixiados todos los competidores y luego ir subiendo los precios hasta donde se les antoje porque se convirtieron en monopólicos de hecho y ahí recuperan con creces lo que estuvieron invirtiendo. ¡Si esto no es violencia!

Anónimo dijo...

Parece mentira pero la gente de otros países no logran entenderlo: La Argentina es una país muy rico y por eso la mayoría de los argentinos somos tan pobres. Algunos han dicho que tenemos la desgracia de una mujer bonita.

Anónimo dijo...

La experiencia me ha enseñado que los buenos ejemplares de nuestra especie están diseminados por todos lados. Los hay ricos y pobres, brillantes y no demasiado inteligentes, sanos y enfermos, lindos y feos.

Anónimo dijo...

La mujer ha elegido proporcionarse por sí misma el sustento. Elige un buen compañero y no necesita prostituirse.

Anónimo dijo...

Cuando una pareja se quiere y se lleva bien, una de las cosas más lindas es sentir que tiran juntos del mismo carro.
No podría amar a un hombre y al mismo tiempo exigirle que me lleve en andas.

Anónimo dijo...

Sus opiniones no coinciden con la realidad. De lo contrario demuéstreme estadísticamente que la mayoría de las mujeres eligen al hombre tomando como esencial el factor económico.

Anónimo dijo...

Antes que lo económico me atraen en un hombre:
su bondad
el sentido del humor
su inteligencia
su atractivo físico
su ternura
su lealtad

Anónimo dijo...

¡Tantas cosas se pueden suponer de un ejemplar de nuestra especie que sea fuerte económicamente!

Anónimo dijo...

Para tener un razonable bienestar no se necesita mucho dinero. Lo que determina tu bienestar es tu salud, tu capacidad de amar y un entorno que te permita desde pequeño jugar, sentirte seguro y valorado.

Anónimo dijo...

Gracias al dinero la violencia es menos física ¡qué disparate! Me gustaría conocer la opinión de un antropólogo.

Anónimo dijo...

Si ud opina, como dice Karen, que las personas mejor dotadas merecen más, pues bien que podría ser el autor del himno a la injusticia. El hombre debe intentar superar a la naturaleza. Porque la naturaleza es injusta y desigual en el reparto de sus dones. El ser humano forma parte de la naturaleza pero logra despegarse de ella cuando quiere más. Siempre hemos sido ambiciosos y rebeldes. Esa falta de resignación hacia el dolor, bien podría ser lo que se entiende por Dios.

Anónimo dijo...

Me asombra la sobervia de Clarisa. Parece que ella siente que puede terminar de "armar" a un hombre.
Mal punto de partida, sentirse superior a la hora de formar una pareja. Algunas personas no distinguen entre diferente e inferior. Todo aquel que no se adapte a la idea de lo que para Clarisa es un hombre, resulta que tiene que terminarlo de armar. Clarisa no es capaz de ver al otro. Eso sí que es ceguera, la única ceguera real y profunda que le ha impedido encontrar pareja.

Anónimo dijo...

Sería muy interesante que todos opinaramos sin referirnos a nuestros iguales en este blogs.
No hay premio a la mejor intervención, o al menos no lo conozco.

Juanma dijo...

Excelente artículo Fernando, me encanta leer tu blog en mis horas de insomnio.