Desde el psicoanálisis es posible decir que si el
nuevo papa es argentino, lingüísticamente significa que «suena como la plata (¿dinero?)».
No puedo evitar suponer que un
ser humano en el que predomina el pensamiento mágico tiene severas dificultades
para vincularse con la realidad y que, por lo tanto, también tendrá
dificultades para ganarse el sustento.
Los niños no pueden encargarse
de las tareas que hacen los adultos precisamente porque en su cerebro predomina
el pensamiento mágico.
La humanidad parece
evolucionar como un ser humano: antiguamente, hace siglos, la mayoría tenía
creencias fantásticas, ilusorias,
místicas. Hoy en día eso ha cambiado un poco pero no demasiado.
De esta reflexión resultaría
que en nuestra evolución, promedialmente pensamos como niños de nueve o diez
años. Entre nosotros los hay que piensan de forma muy concreta y rigurosa pero
también los hay quienes siguen pensando que existen fuerzas mágicas, espíritus,
milagros.
Cada uno de nosotros creemos
que estamos funcionando bien, que ocupamos el grupo de los más evolucionados y
que nuestros criterios aumentan el promedio de maduración de toda la especie.
Este blog está destinado a mis
artículos que refieren a la pobreza patológica, es decir, aquella escasez
indeseada para quien la padece y de la que no puede salir porque su
funcionamiento psicológico se lo impide.
En general estoy alentado por
la hipótesis de que, lo que no pudo hacer la economía para eliminar este tipo
de pobreza, podría hacerlo el psicoanálisis que utilizo como teoría, punto de
vista, filosofía.
Corre el año 2013 y hace poco,
la religión más populosa de los hispanoparlantes, la Católica, tiene un nuevo
jefe y lo novedoso es que ahora «el papa es argentino» porque nació en Argentina.
Algo que un psicoanalista puede opinar es que la palabra «argentino»
significa «que suena como la plata (¿dinero?)» (1).
(Este es el Artículo Nº 1.836)
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11 comentarios:
Donde está el Papa
suena la plata.
Donde está el católico
eso suena
algo loco.
Si nuestro funcionamiento psicológico nos impide salir de la pobreza, de una pobreza no deseada, lo mejor es que aprovechemos la oportunidad para conocernos a nosotros mismos y buscar ese ¨click¨ que nos permitirá ser más felices.
El catolicismo tiene, con respecto al dinero, una postura poco clara. Jesús echó a los mercaderes del templo, pero el templo mayor, el Vaticano, posee enormes riquezas.
El nuevo Papa
es argentino
¡qué mal tino!
¡Messi, Maradona y Francisco!
demasiada gloria
les obsequió el destino.
Lo fantástico, las elaboraciones de la imaginación en un adulto, le abren el camino de la creación.
Entiendo que para salir de la pobreza patológica es necesario empezar por encontrar una paz interior que te permita analizar tu situación con claridad.
Mientras la piedra es
lo que es, el ser humano
se hace humano negando su propia animalidad. La marcha de lo humano hacia lo humano, está presidida y garantizada por la dinámica del deseo.
Por medio del trabajo, el
humano satisface su deseo al destruir al objeto en sí y transformarlo
consecuentemente en un para sí.
Este es justamente el movimiento
por el cual pasamos de la naturaleza a la cultura, la cosa ha perdido su
esencialidad natural y en ella está impresa la marca de lo humano.
Lo más profundo de la condición humana surge a partir del reconocimiento del deseo y de la palabra del Otro.
De acuerdo a lo que plantea Rossi, la invención del dinero forma parte de nuestro camino hacia lo humano, ya que responde al deseo.
Ese camino implica convertir al objeto en sí, en objeto para sí (por eso responde al deseo).
El dinero nace como objeto para sí. Un pez se transforma en objeto para sí una vez que nos tomamos el trabajo de pescarlo y cocinarlo. Dicho más fácil, el dinero es cultural, la naturtaleza es naturaleza.
Ese dinero producto de la cultura, corresponde a la satisfacción de deseos humanos que buscaron la forma de encauzarse.
El reconocimiento de nuestro deseo, nos permitirá encauzarlo de la forma más conveniente posible, es decir, dentro de los parámetros de la cultura.
Tener dinero dentro de los parámetros culturales aceptados implica: obtenerlo de manera legal. Ahí hay consenso. Si vamos a los parámetros cristianos le agregamos otra condición: el dinero además de ser bien habido, debe ser bien gastado. No puede dilapidarse, ni usarse en negocios turbios.
El Papa ¨Plata¨ debe usar su metal precioso de manera cristalina.
La Iglesia, sus altos mandos, el Papa, los obispos, los cardenales, en fin, la Institución Eclesiástica, ¿cómo gasta su dinero?.
El Papa argentino suena mucho por el Río de la Plata. Tintinea como monedas en el bolsillo. Por aquí muchos ojos van a estar puestos encima de él.
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