«Asfixia económica» es una
metáfora periodística que exagera la importancia del dinero y por lo tanto la
importancia de su escasez.
En el Diccionario de la Real
Academia Española, la primera definición de la palabra «asfixia» (1) dice:
«Suspensión o dificultad en la
respiración. Asfixia por
sumersión.»
Otras palabras vinculadas,
pero de uso menos frecuente, son:
Anoxia, que significa: «Falta casi total de oxígeno en la sangre o en tejidos
corporales.»;
Hipoxia, que
significa: «Déficit de oxígeno en un
organismo.», y
Apnea, que
significa: «Falta o suspensión de la
respiración.»
Volvamos
al principio porque el comentario que les haré refiere al uso vulgar que
hacemos de la palabra «asfixia», especialmente cuando la utilizamos diciendo
«asfixia económica» para significar las dificultades de supervivencia económica
de alguna persona, familia, empresa o institución.
Es
probable que al utilizar la expresión «asfixia económica» no reparemos en que
implícitamente estamos comparando un
recurso casi infinito con otro rigurosamente escaso.
Efectivamente,
la asfixia refiere sobre todo a la escasez de aire mientras que el problema
económico que padecen las unidades económicas es de dinero.
La
idea que comparto con ustedes es que acá padecemos un involuntario error de
perspectiva: si nos falta un recurso casi ilimitado e imprescindible para
sobrevivir (el aire) resulta ser algo mucho más insólito, grave e inesperado
que si nos falta un recurso (el dinero) que es muy escaso, no es imprescindible
para sobrevivir y además siempre existe como último recurso practicar el
trueque.
Por
lo tanto el hábito de exagerar la importancia del dinero comparándolo con el
aire nos induce a perder de vista que su escasez no es de vida o muerte como se
pretende presentarlo, quizá para agregarle color a los noticieros, que además
de informar tienen la obligación superior de entretener, divertir, alegrarnos
la vida aunque sea con tragedias.
(Este es el Artículo Nº 1.961)
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