jueves, 8 de agosto de 2013

Los clientes deben sacrificarse por nosotros




Deberíamos cobrar abundante dinero para que nuestros clientes nos valoren, se sacrifiquen y merezcan mucho amor como el famoso mártir.

En cualquier caso, no es para nada seguro pensar en qué habría pasado si los acontecimientos históricos hubieran sido otros.

Por ejemplo:

¿Cómo seríamos los hispanoparlantes si Colón no hubiese recibido el préstamo de la Reina Isabel que financió, sin saberlo, el descubrimiento de América?

¿Cómo sería la humanidad si no hubieran ocurrido las dos grandes guerras mundiales?

¿Qué sería del cristianismo si Jesús de Nazaret hubiese muerto a los setenta años, con algo de sobrepeso, a causa de un paro cardíaco ocurrido mientras hacía el amor con María Magdalena?

Como digo al principio, ni la persona más imaginativa podría acertar sobre cómo seríamos hoy si todo aquello hubiese sido diferente.

Pero igual podemos intentarlo, por lo menos en lo que refiere a Jesús de Nazaret.

Él murió joven, víctima de una injusticia y de una traición, en la pobreza, junto con dos ciudadanos de mala vida, con extrema delgadez, torturado por un suplicio terrible (la crucifixión).

Podríamos pensar que no existiría el cristianismo si, como sugerí, Cristo no hubiera padecido tantos infortunios.

Ahora tratemos a ajustar estos datos a cualquiera de nosotros como para pensar qué nos ocurre y que nos ocurriría en otro escenario.

Según cuenta la historia él se sacrificó y vivió eternamente para disfrutar de su esfuerzo porque murió y resucitó.

En lo que a nosotros concierne podemos pensar que sacrificarnos por los demás tiene su importante remuneración (para Cristo la remuneración consistió en el amor eterno de la humanidad que aún estará disfrutando porque revivió).

Conclusión: los trabajadores deberíamos cobrar mucho dinero para que nuestros clientes se sacrifiquen por nosotros, así, no sólo seremos valorados sino que ellos merecerán mucho amor como el famoso mártir.

(Este es el Artículo Nº 1.965)

No hay comentarios: