La extraña preferencia por el sexo anal podría
explicarse por el, también extraño, placer que sentimos cuando padecemos
ciertas frustraciones.
En otro artículo y su VideoComentario (1),
hago referencia a una fuerte transgresión al sentido común y a la lógica, con
lo cual intento demostrar que el sentido común es muy poco útil como fuente de
sabiduría y que la lógica está ausente de la esencia humana más profunda.
Más concretamente, en el mencionado artículo y video les
comento que ciertas dosis de frustración son necesarias para conservar el amor.
Hubo un psicoanalista inglés muy famoso, (Donald Winnicott),
que hizo una propuesta célebre: Una buena madre debe ser suficientemente
frustradora. Si la madre nunca demorara en dar su alimento
al niño hambriento, el niño desarrollaría la creencia que los senos (y la madre
toda), son él mismo, con lo cual demoraría en entender que él es un individuo
aislado y también demoraría en entender que el resto del mundo existe fuera de
él.
Ganar dinero ¡vaya si es
difícil! Parecería ser que el dueño del salario que necesitamos lo tuviera una
madre frustradora, que nos hace esperar treinta días antes de
alimentarnos-pagarnos.
En varias ocasiones he
comentado que hasta el ser humano con la psiquis más desorganizada posee algún
grado de coherencia. Asimismo, vale la pena repetir que los gustos y las
preferencias están directamente orientados por aquello que más gratifica o
alivia a nuestro cuerpo.
Podríamos preguntarnos
entonces, porqué tantas personas practican sexo anal, siendo que la vagina es
perfecta para provocar el máximo placer.
Una posible explicación sería
que, sin dejar de reconocer el enorme placer que provocan las relaciones sexuales
a nivel genital, la preferencia por el sexo anal estaría justificada porque,
además de ser anticonceptivo, las molestias y resistencias que provoca,
(sensaciones frustrantes), terminan siendo excitantes.
(Este es el Artículo Nº 2.028)
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