Los donantes de plusvalía

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En las economías capitalistas es aceptado que el empleador venda con ganancia (plusvalía) el trabajo que le «compró» al asalariado.

Imaginemos a una persona que busca trabajo y llega a una empresa donde un cartel no dice exactamente «Se necesitan empleados» sino que dice «Se necesitan donantes de plusvalía».

— ¡¿Qué es esto?!—, pensará desorientado el trabajador que necesita el empleo.

Pues bien, esto no es otra cosa que un empresario que decidió poner las cosas en su lugar, hablar claro, decir la verdad, explicitar la situación con brutal sinceridad.

¿Se trata de un empresario extravagante? Sí, por supuesto, comete la increíble torpeza de decir la verdad, verdad que nadie confiesa y que pondría en fuga a muchos interesados que no se tomaran el tiempo de pensar cuál es el fondo de la cuestión.

Lo que ocurre en todos los empleos es que el empleador, cuando va a vender lo que el trabajador produce, le agrega un cierto porcentaje de ganancia al costo salarial que tuvo.

Por ejemplo: si un trabajador cobra 100 por su trabajo, cuando el empleador va a vender esa producción fijará el precio en 120, es decir 20 más de lo que pagó por concepto de jornales.

¿Es justo que el empleador cobre más de lo que le pagó al trabajador y que se quede con esa diferencia?

En esta duda (que es moral, ética, filosófica, ideológica), los comunistas y socialistas dicen que el empleador no debería quedarse con ese plus-valor (plusvalía, ganancia) que recibió al vender la producción del trabajador. Por su parte, los capitalistas opinan que es legítimo que el empleador gane dinero por la inversión y oportunidad de trabajo que le ofrece a quienes buscan trabajo.

Excepto en Cuba y en Corea del Norte, los trabajadores donan esa plusvalía, como solicita el cartel.

(Este es el Artículo Nº 2.033)

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