El concepto «actante» nos permite
pensar que nuestras circunstancias dependen de factores humanos y no-humanos
(dinero, suerte, modas, ideologías, clima).
Algunas veces he comentado que
nuestro cerebro es bastante eficiente cuando tiene que analizar, (examinar, desarmar,
desmembrar, disecar, descuartizar), pero que su desempeño cae bruscamente
cuando tiene que sintetizar (sacar conclusiones, rearmar, reconstruir lo que
previamente fue separado en sus partes).
Una de las miles de
consecuencias que tiene esta particularidad de nuestra única herramienta
pensante es que, cuando queremos acordar, hemos pasado toda una vida estudiando
(analizando, ...) pero no tenemos ninguna idea suficientemente clara. Nos
faltan nociones claras, conclusiones.
Erróneamente creemos que poseer
muchos datos es suficiente como para saber qué hacer en cada situación. Como no
sabemos «armar» ideas globales, sintetizar lo analizado, quedamos como alguien
que está rodeado de ingredientes alimenticios pero que, como no sabe cocinar,
se queda sin comer.
Para peor, se nos da por
admirar a los eruditos, a los sabihondos, a quienes han leído mucho y tienen
gran memoria para sorprendernos con sus discursos repletos de información.
Esta preocupación de quienes siguen con hambre a pesar de tener alimentos,
(siguen sin saber qué hacer a pesar de tener tantos datos), los ha llevado
a pensar que sería mejor ampliar el concepto de «actor» (persona que nos influye en algún cambio que nos afecta)
y, para eso, crearon el concepto «actante», que suena parecido pero que no es
lo mismo.
La palabra
«actante» no la encontré en el Diccionario de la Real Academia Española, pero
algún día de estos la incorporarán.
Por
«actante» puede entenderse el conjunto de factores que influyen en algún cambio que nos afecta.
La
aparición de este concepto nos permite pensar que, no solo dependemos de
personas, sino también de otros factores no humanos (dinero, suerte, modas,
ideologías, clima).
(Este es el Artículo Nº 2.024)
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1 comentario:
La palabra "actante" aparece en el Diccionario de términos literarios, Akal, 1997, ISBN 84-7600-533-4
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