martes, 12 de noviembre de 2013

El preocupante poder de los médicos


El poder de la corporación médica y de las empresas farmacéuticas constituye una situación que lamentablemente debería preocuparnos.

Una familia con muchos hijos sabe qué diferentes pueden ser las personas a pesar de poseer la misma genética y de ser criados en un mismo hogar.

Dos inmigrantes italianos, que llegaron a los Estados Unidos cuando en Italia pasaban hambre y en la joven nación todo era entusiasmo y oportunidades, tuvieron cinco niños, a todos los criaron con la misma devoción, pero el segundo, Bruno, nació en un crudo invierno de Chicago y cuando cumplió cuatro años no tuvo la fiesta que esperaba porque los padres eran muy pobres y el negocio de colocación de vidrios en invierno era cuando menos vendía.

Pero Bruno tuvo todo un año para pensar en su triste situación, en que debía hacer algo para que ese cumpleaños sin fiesta no volviera a repetirse y, gracias a su ingenio y audacia, logró tener su fiestita.

Las ventas comenzaron a subir cuando la fecha de su cumpleaños se acercaba.

Así ocurrió hasta los nueve años, cuando por exceso de ambición, cometió un error que le transformó el día de su cumpleaños en un día de severa penitencia. En lugar de romper tirando piedras las ventanas de tres casas cercanas, quiso tener una fiesta mejor y rompió los vidrios de cinco casas. Este hecho llamó la atención, los padres pensaron, preguntaron, y descubrieron al pequeño delincuente.

Me preocupa la condición humana, porque seguramente yo soy como ese niño aunque menos inteligente o menos ambicioso, pero qué pasa cuando los médicos pueden hacer y deshacer, encubiertos por su corporativismo y por un saber que los aísla de quienes sabemos poco y nada de anatomía, fisiología, medicamentos, cirugía.

¿Ellos priorizarán el cuidado de mi salud o de sus ventas?

(Este es el Artículo Nº 2.061)


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