martes, 19 de noviembre de 2013

Para los humanos las creencias son verdades

  
Todos tenemos un conjunto de creencia sobre cómo son las cosas, la vida, el ser humano, pero las consideramos verdaderas.

Odiado, descalificado y mil veces insultado, Jacques Lacan fue un psiquíatra francés que sigue influyendo el pensamiento de quienes practicamos el arte de hacer psicoanálisis como si supiéramos.

El muy antipático, dijo: La verdad tiene estructura de ficción.

¿Usted sabe qué quiso decir el muy desgraciado? Apuesto a que usted no lo sabe, aunque cree tener una idea, quizá esté seguro de cuál es la única interpretación posible, eventualmente juraría que alguien que usted conoce sabe todo lo que pensó y dijo ese desagradable francés.

Para comenzar, no descartemos la hipótesis de que Jacques Lacan tampoco sabía qué quiso decir, porque él mismo estaba convencido de que los humanos no hablamos sino que somos hablados, es decir, que al comunicarnos verbalmente o por escrito, no somos dueños de decir lo que se nos antoja sino que, por el contrario, algo inconsciente nos guía, nos gobierna, nos impone ciertos dichos, vaya uno a saber por qué.

Por lo tanto, cuando alguien dijo La verdad tiene estructura de ficción, no fue responsable de lo que expresó. Por algo, que nadie conoce, llegó a pronunciarlo, pero no podemos asegurar que el autor sabía realmente qué quería decir.

En este estado, veamos qué podemos hacer con el mencionado aforismo.

A mí solo se me ocurre una interpretación porque soy de imaginación corta.

Lacan quiso decir que todo lo que nosotros pensamos forma parte de nuestro relato personal. Este relato es una historia (ficticia) que nos explica todo. Por ejemplo, los comunistas tienen un relato que explica todo, es ficticio, pero ellos toman decisiones en base a esa creencia; lo cristianos creen en el Nuevo Testamento, etc.

Para todos, lo que llamamos verdad es pura ficción.

(Este es el Artículo Nº 2.068)


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