sábado, 13 de abril de 2013

La breve vinculación por paternidad




Generalmente el varón convocado para fecundar a una mujer, termina desvinculado de ella pero conservando la responsabilidad sobre su hijo.

Escribiré este artículo como si estuviera seguro de lo que afirmaré, pero eso no es cierto, ni en esta ocasión ni en ninguna otra, de lo escrito por mí y de lo que hayan escrito otros opinadores, filósofos, sabios. Lo digo con absoluta certeza (¿?): es imposible estar seguro de algo.

Por lo tanto, a lo máximo que podemos aspirar es a tener consenso, es decir, contar con la suerte de que otros piensen lo mismo, con lo cual no convertiremos una opinión en verdad revelada sino que solo podremos hablar de una coincidencia.

Como corresponde a este blog, el asunto tiene elementos que comprometen la calidad de vida que depende de los recursos económicos, sin descartar la pobreza patológica: aquella pobreza que persiste sin que los afectados puedan revertirla a pesar de sus esfuerzos.

Acá va mi «certeza»:

Una mujer en estado hormonal de ser fecundada busca con indisimulada avidez la aparición de algún varón que la fecunde.

Si finalmente lo encuentra y este no padece alguna limitación que le impida acceder a la convocatoria de la mujer, ambos tendrán un sentimiento muy fuerte que tradicionalmente llamamos «enamoramiento».

Este sentimiento los inducirá a tener una aproximación física que seguramente incluirá relaciones sexuales.

Todo esto ocurre porque la mujer, sin darse cuenta, está poseída por un irrefrenable impulso natural de ser fecundada: está en celo.

Por razones culturales esa fecundación se producirá tarde o temprano y surgirán situaciones sociales y económicas que los afectarán a los tres: los amantes y el futuro niño.

En la mayoría de los casos ella perderá aquel deseo por él, se desvincularán, aunque permaneciendo un compromiso social y económico del varón con su hijo.

(Este es el Artículo Nº 1.848)

3 comentarios:

Cecilia dijo...

Esto nos rompe el corazón a las románticas.

Graciano dijo...

Cuanto bien me hubieran hecho si se hubieran divorciado cuando empezaron a pelearse. Mis amigos tienen menos traumas que yo.

Luis dijo...

consultaré al endocrinólogo porque hace mucho que no me enamoro jajaja