miércoles, 10 de abril de 2013

La credulidad irresponsable




La credulidad en lo que dicen otros procura ahorrar esfuerzos. Se trata de una actitud inocente e irresponsable.

Es prudente aplicar el criterio cuya consigna dice «si no lo veo no lo creo», porque aporta un poco más de seguridad constatar por sí mismo aquello que otros puedan decirnos.

Para muchos es algo incómodo confirmar por sí mismos lo que han escuchado porque, de hacerlo, se verán responsabilizados de esa percepción, mientras que confiar en lo que otros percibieron permite disponer de una puerta de fuga utilizando argumentos del tipo «¡Ah, no sé, a mí me lo dijo Fulano! Si me mintió la culpa de mi error es de él».

Por lo tanto, para quienes solo buscan la economía de esfuerzos, sin evaluar cuánto pierden con ese ahorro, es preferible ser confiados, crédulos, ingenuos, bonachones, con todo lo cual logran ser «inocentes», es decir, «libres de toda culpa».

Podría decirse que la mayoría de la población cuenta con escasos recursos económicos (es pobre), al mismo tiempo que prefiere creer en lo que le dicen en vez de confirmar por sí mismos aquello que orienta sus decisiones.

Es probable que la pobreza esté asociada de alguna manera a la credulidad y a esa postura inocente que tanto nos libera de sentirnos culpables.

Pero no solo los pobres rehúsan confirmar la información que reciben de otros.

Las personas que buscan encontrar los recursos económicos necesarios para solventar las necesidades y deseos propios y los de su familia, suelen apelar, con una insistencia obsesiva, a copiar las ideas que otros pusieron en práctica.

La necesidad de hacer lo que otros probaron denota la misma actitud de los crédulos que buscan ser inocentes. Denota la misma actitud de quienes creen ciegamente en lo que les dicen los libros, los maestros, los gobernantes o yo.

(Este es el Artículo Nº 1.845)

10 comentarios:

Dora dijo...

Tengo que reconocer que soy muy sugestionable y la opinión de los demás siempre me influye.

Marcia dijo...

Si la pobreza está asociada a la credulidad no entiendo cómo el paranoico de mi tío tiene tanto dinero.

Nazareth Inglese dijo...

Las chicas que buscan
los recursos para solventarse
a veces suelen acostarse
demasiado tarde.

Cynthia dijo...

Me aburren los parloteos de frases hechas. Esas personas pueden mantener una conversación de dos horas enlazando lugares comunes.

Laura dijo...

Si tu hijo empieza en la escuela copiándole al compañerito de al lado... mmmmm, mal pronóstico.

Yoel dijo...

No Laura, justamente esos niños que copian son los que se animan a desafiar el poder.

Lautaro dijo...

Bueno, si es por eso todos somos valientes y desafiantes.

Rulo dijo...

Para qué me voy a tomar el trabajo y voy a correr el riesgo, de probar algo nuevo, cuando ya hubo otros que lo hicieron por mí.

Alba dijo...

¡Qué poco espíritu de aventura, Rulo!

Celeste dijo...

Los que creen que soy inocente porque no me he dedicado a hacer dinero, tienen una visión muy corta de la realidad.