Curación en vez de educación

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Desarrollar competencias profesionales es una tarea de «curación», de «reciclaje», de «rediseño» y no de educación.

No tengo empacho en comentarles todas las hipótesis que se me ocurren sobre cómo entender y «curar» la pobreza patológica (aquella escasez de dinero que no puede superarse a pesar de los esfuerzos que hace quien la padece), porque la historia nos ha demostrado que el ranking de las propuestas está ordenado

— por la fama de quien la propone: si es un Premio Nobel de Economía, ocupa los primeros lugares;  o

— por la conveniencia económica: si una hipótesis aumenta los beneficios de los más ricos, recibirá más recursos para publicitarla y terminaremos creyendo que esa es la mejor idea, así como tendemos a suponer que “Coca-Cola calma la sed”.

En este caso, la hipótesis que les propongo es la siguiente:

Los jóvenes llegan a la vida con una cantidad de «instalaciones educativas» que están funcionando y difícilmente pueden cambiarlas, aunque lo intentan, pues es propio de los adolescentes descreer y, en lo posible, destruir lo que hicieron sus antecesores.

Estos intentos suelen ser infructuosos porque los jóvenes solo se dejan llevar por impulsos oposicionistas, escasamente fundamentados en razones convincentes. En lugar de proponer nuevas ideas, «embisten, dinamitan, sabotean». El ataque «ciego» fortalece lo que ellos...y todos desearíamos mejorar.

Si quisieran «proponer nuevas ideas» podrían pensar que, en los seres humanos, la educación inicial es la única formación posible pues los educandos recién están configurando sus aparatos psíquicos, pero la educación profesional, aquella con la cual los jóvenes procurarán ganar el dinero necesario para fundar nuevas familias, no es una formación sino una reformulación de unos aparatos psíquicos que ya fueron configurados en la educación inicial.

Conclusión: Desarrollar competencias profesionales es una tarea de «curación», de «reciclaje», de «rediseño» y no de educación.

Este artículo se complementa con:

Cambios totales o destrozos parciales

 

(Este es el Artículo Nº 2.002)

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