Quienes adhieren a las versiones protestantes del cristianismo son más ricos que los seguidores de la versión católica del cristianismo.
Probablemente las causas de la pobreza material se cuenten por miles.
De hecho, he identificado más de dos mil y me siento lejos de resolver este
problema milenario.
Varias veces comenté que el cristianismo es una filosofía que favorece
la pobreza porque hace culto de la austeridad, de la escasez, y de condenar a
los ricos que no donan todos sus bienes al Vaticano.
Pero los bienes materiales que el cristianismo procura abandonar,
sumiendo en la pobreza a sus millones de seguidores, no se pierde.
La armonía planetaria, característica básica de la Naturaleza, hace que
otras creencias religiosas hagan culto proponiendo aprovechar los bienes
abandonados por algunos cristianos.
Efectivamente, hace cinco o seis siglos, algunos cristianos «protestaron» contra la interpretación religiosa que se le estaba dando
a la prédica de Cristo y fundaron varias agrupaciones «protestantes», una de
las cuales, creada por el francés Juan Calvino en el siglo 16, tuvo especial
acogida porque, entre otras interpretaciones, favorecía el enriquecimiento
material.
Reconozco
que sé muy poco de religiones, pero me consuelo sabiendo que los religiosos
tampoco saben mucho pues se la pasan discutiendo, sin ponerse de acuerdo.
Lo que
parece ser un dato seguro es que, los países que hoy se catalogan como del
Primer Mundo, prefieren practicar sus creencias religiosas según las
interpretaciones protestantes, mientras que la interpretación católica cuenta
con menos adherentes.
A su vez,
los países latinos, padecemos índices de pobreza muy superiores, a la vez que,
es entre nuestras poblaciones donde encontramos mayor cantidad de católicos.
En suma: existe una llamativa coincidencia entre la
riqueza de quienes adhieren a las versiones protestantes del cristianismo y la
pobreza entre quienes adhieren a la versión católica del cristianismo.
(Este es el Artículo Nº 2.010)
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