lunes, 30 de septiembre de 2013

Los empresarios enamorados



 
Los empresarios exitosos tienen para con sus clientes una actitud similar a la que tiene una mujer enamorada de su familia.

Imaginemos a una mujer enamorada de su esposo (Mariana) y de sus hijos.

Ella está feliz y orgullosa de vivir con quien eligió para ser padre de sus hijos y el hombre se siente un rey..., se siente más rey que cuando vivía con sus padres, por más que la mamá hacía todo lo posible para agasajarlo, para que estuviera cómodo y, quizá, muy en el fondo, para que nunca se fuera de la casa.

Sin embargo, el cuerpo de Mariana sintió que él era el mejor ejemplar para gestarle hijos sanos y hermosos. Por eso se enamoró de él, porque lo necesitaba para consumar el único proyecto importante que tiene cualquier ser vivo: conservar la especie a la que pertenece.

Como es normal, el cuerpo de cualquier varón, atraído por una mujer que lo necesita y por lo tanto lo ama y por lo tanto lo seduce, se olvidó de lo bien que estaba viviendo en la casa donde nació y se fue corriendo a vivir con esa mujer que lo hizo sentir el rey de la creación.

En este estado de cosas, él nunca se cansa de trabajar para que en su familia no falte nada y Mariana vive pensando cómo sería la mejor manera de que todos tengan lo que necesitan y lo que desean.

Pues bien, esta actitud de Mariana es la que tienen y desarrollan los empresarios exitosos.

Aman su trabajo, aman servir, se desviven por complacer más y más a la clientela.

Tanto Mariana como los empresarios que aman su oficio, hacen todo lo que hacen porque, a su vez, quieren estar siempre bien y lograr que, hasta los problemas más grandes, tengan solución.

(Este es el Artículo Nº 2.018)

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