jueves, 2 de mayo de 2013

El tiempo es dinero y ambos pueden lavarse




Si bien todos conocemos el «lavado de dinero», también existe el «lavado de tiempo» aunque no se acostumbra llamarlo así.

¿Usted conoce el «lavado de tiempo»? Seguramente sí, pero no sabe que lo conoce.

Por «lavado de dinero» entendemos al procedimiento por el cual un dinero mal habido, (dinero sucio), porque se obtuvo mediante prácticas prohibidas (tráfico de drogas o de armas, contrabando, evasión fiscal, y tantas otras), se convierte en «dinero limpio», con lo cual puede circular libremente en el sistema financiero.

La denominación nos hace intuir que la palabra «lavado» es una metáfora con la que se alude a ese procedimiento de convertir algo sucio en limpio, pero en realidad tuvo otro origen.

Según dicen, en la década de 1930 los mafiosos de Chicago, (ciudad de Estados Unidos), descubrieron que instalando una cadena de lavanderías automáticas sería posible justificar por qué se intentaban hacer depósitos tan grandes con billetes muy pequeños.

La verdad era que los negocios ilegales y muy lucrativos de los mafiosos consistían en pequeñas transacciones con una gran cantidad de consumidores.

Por lo tanto la denominación de «lavado de dinero» tiene un origen doblemente justificado: la limpieza de dinero sucio y la instalación de cadenas de lavanderías como pantalla de los negocios ilegales.

Cuando al principio le mencionaba al «lavado de tiempo» me refería a que en ciertas ocasiones tenemos que justificar qué estuvimos haciendo determinado día entre tal hora y tal otra hora.
Es propia de la jerga policial la expresión «tener una coartada», donde la palabra «coartada» significa: «Argumento de inculpabilidad de un reo por hallarse en el momento del crimen en otro lugar. Pretexto, disculpa».
Esta es otra forma de hacer un «lavado» pues justifica, legaliza, purifica la conducta de quien tiene la coartada.

Casualmente, suele decirse que «el tiempo es dinero».

(Este es el Artículo Nº 1.867)

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