lunes, 13 de mayo de 2013

La identificación y el imperialismo norteamericano



 
Desde Hollywood, Estados Unidos nos impuso sus dólares con unas fotografías. El fenómeno de la «identificación» reemplazó a la armas.

Los Estados Unidos es un país imperialista que gobierna a la humanidad, pero su poderío mayor no está en el Pentágono sino en Hollywood.

De más está decir que esta es la opinión de un psicoanalista y no la de un militar.

Podría agregar que el dominio que ha logrado este pueblo no ha sido gracias a una estrategia sino que es pura casualidad y suerte.

En otro artículo (1) les comento que «Existe un proceso psicológico, [la identificación], mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma sobre el modelo de éste».

En síntesis, el párrafo anterior dice que «una persona imita a otra persona, a la que toma como modelo».

¿Por qué ocurre esta imitación que llamamos identificación, es decir, «volvernos idénticos a otro»? No sé, nadie lo sabe, «sobre gustos no hay nada escrito», podemos balbucear hipótesis más o menos atractivas, pero no es posible conocer, ni esta verdad ni ninguna otra, lo verdadero es que nos ocurre, a usted, a mí, a todos.

Diría que la imagen de Marilyn Monroe, (1926-1962), que encabeza este artículo, es de las más difundidas en el planeta durante los últimos 50 años. Probablemente ningún otro ser humano ha generado tanta admiración.

Ningún invasor antipático ha logrado el éxito conquistador de esta rubia tonta. Si la miramos tanto es porque desearíamos identificarnos con ella y seguramente lo logramos. Todos los admiradores querríamos imitar algo de esta mujer: la mirada ingenua, la sonrisa frívola, el glamur, o cualquier otro rasgo que alguien interprete a su manera porque sus fotos sugieren múltiples atributos.

Desde Hollywood, Estados Unidos nos impuso sus dólares con unas fotografías.

 
(Este es el Artículo Nº 1.878)

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