Para algunos es muy
difícil conseguir un trabajo remunerado porque su inconsciente confunde
trabajar con fornicar con los familiares.
Para poder platearles la idea
que les comentaré a continuación debo decir que fornicar es un trabajo
placentero, en el que la naturaleza nos paga un salario en forma de alivio de
la tensión deseante y nos premia con la breve aunque inolvidable voluptuosidad
de los orgasmos.
Nuestra «empleadora», (la
Naturaleza), nos «emplea» para que produzcamos nuevos ejemplares que permitan
la conservación de la especie. Hace lo mismo con el resto de los ejemplares de
las demás especies.
La Naturaleza es una gran empresaria y dispone de una política de
recursos humanos incuestionablemente exitosa.
Con ese trabajo que Ella nos encarga, nosotros producimos nuevos
ejemplares de la especie, es decir, nos reproducimos.
En este contexto general, ocurre algo que padecemos solamente los
humanos.
Quizá para intensificar la producción de humanos (re-producción), quizá
para tener más soldados dispuestos a morir y engrandecer el afán imperialista
de algunos líderes, en algún momento de nuestra historia más remota alguien se
dio cuenta que prohibiendo la reproducción más accesible, es decir, la
endogámica, la que puede realizarse con los propios integrantes de la familia,
el deseo reproductivo es mayor, pues si alguien puede ser padre de un hijo
fornicando con la madre o con la hermana, deseará fecundar cuatro o cinco
fornicando con mujeres extrañas a su familia. Esta es una explicación de cómo
surgió la prohibición del incesto.
Esta prohibición está vigente y es muy eficaz en casi toda la población
más educada.
Como dije al principio, fornicar es un trabajo y para algunos es muy
difícil conseguir un trabajo remunerado porque su inconsciente lo confunde con
la mejor tarea, la de fornicar con quienes está prohibido, con los más amados,
con los familiares.
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario