viernes, 3 de mayo de 2013

Para algunos está prohibido trabajar




Para algunos es muy difícil conseguir un trabajo remunerado porque su inconsciente confunde trabajar con fornicar con los familiares.

Para poder platearles la idea que les comentaré a continuación debo decir que fornicar es un trabajo placentero, en el que la naturaleza nos paga un salario en forma de alivio de la tensión deseante y nos premia con la breve aunque inolvidable voluptuosidad de los orgasmos.

Nuestra «empleadora», (la Naturaleza), nos «emplea» para que produzcamos nuevos ejemplares que permitan la conservación de la especie. Hace lo mismo con el resto de los ejemplares de las demás especies.

La Naturaleza es una gran empresaria y dispone de una política de recursos humanos incuestionablemente exitosa.

Con ese trabajo que Ella nos encarga, nosotros producimos nuevos ejemplares de la especie, es decir, nos reproducimos.

En este contexto general, ocurre algo que padecemos solamente los humanos.

Quizá para intensificar la producción de humanos (re-producción), quizá para tener más soldados dispuestos a morir y engrandecer el afán imperialista de algunos líderes, en algún momento de nuestra historia más remota alguien se dio cuenta que prohibiendo la reproducción más accesible, es decir, la endogámica, la que puede realizarse con los propios integrantes de la familia, el deseo reproductivo es mayor, pues si alguien puede ser padre de un hijo fornicando con la madre o con la hermana, deseará fecundar cuatro o cinco fornicando con mujeres extrañas a su familia. Esta es una explicación de cómo surgió la prohibición del incesto.

Esta prohibición está vigente y es muy eficaz en casi toda la población más educada.

Como dije al principio, fornicar es un trabajo y para algunos es muy difícil conseguir un trabajo remunerado porque su inconsciente lo confunde con la mejor tarea, la de fornicar con quienes está prohibido, con los más amados, con los familiares.

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